La inflación en España volvió a acelerarse en los últimos meses de 2024, cerrando el año en un 2,8%, según el Índice de Precios al Consumo (IPC) revisado y publicado este miércoles por el INE. Aunque este incremento es apenas tres décimas menor que el de 2023, refleja que las tensiones inflacionistas persisten, especialmente en los servicios y algunos bienes.
El cierre de 2024 mostró un repunte en la inflación, que terminó el año en un 2,8%, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta cifra representa una leve disminución respecto al 3,1% registrado en 2023, pero pone de manifiesto que las presiones sobre los precios continúan vigentes, especialmente en el sector servicios y en ciertos productos básicos.
El repunte comenzó después de que la inflación alcanzara su nivel más bajo en septiembre, cuando cayó al 1,5% interanual. Desde ese momento, el encarecimiento de la energía, un factor clave que había experimentado un fuerte descenso a finales de 2023, comenzó a elevar nuevamente los precios. Este aumento en los costes energéticos, junto con una demanda sostenida en servicios, ha sido uno de los motores principales de la inflación en el último trimestre del año.
Ralentización en el Incremento de los Alimentos
A pesar de la presión inflacionaria en otros sectores, los alimentos registraron una notable ralentización en su escalada de precios, cerrando 2024 con un incremento acumulado de solo el 1,8%, el más bajo desde 2020. Algunos productos, como el aceite de oliva, incluso vieron descensos significativos, con una caída del 12,3% en su precio durante el año, aunque aún acumula una subida del 132% desde finales de 2020. El azúcar también mostró un descenso destacado, con una disminución del 13,9% en 2024.
Sin embargo, no todos los alimentos experimentaron esta tendencia. Productos como el chocolate, las patatas y ciertas carnes (ternera y oveja) continuaron con incrementos significativos, con el chocolate registrando un aumento del 24% debido a problemas en la producción global.
Energía y Servicios: Principales Impulsores de la Inflación
El sector energético fue uno de los que más contribuyó al aumento de la inflación. La electricidad subió casi un 19%, y el gas un 10%. No obstante, esta alza fue parcialmente contrarrestada por la caída en los precios de los combustibles para automoción, con el diésel abaratándose un 5% y la gasolina un 1%.
Los servicios, especialmente los turísticos y de ocio, siguieron siendo un bastión inflacionario. Con un incremento del 4% en los precios de hoteles y restaurantes, España aún logró batir récords históricos de turismo. Esta dinámica sugiere que mientras la demanda en estos sectores no se modere, las tensiones inflacionistas persistirán.
Perspectivas y Riesgos Futuros
Aunque España ha dejado atrás los peores momentos de la crisis inflacionista, aún enfrenta desafíos significativos. Las tensiones en los precios, particularmente en los servicios y ciertos alimentos internacionales como el café y el chocolate, siguen siendo un riesgo. Además, el entorno internacional continúa siendo incierto, lo que podría afectar negativamente a la evolución de los precios de la energía y otros bienes esenciales.
El Banco Central Europeo, atento a estas dinámicas, no considera que la crisis inflacionista haya terminado, señalando que será crucial moderar la subida de los servicios para estabilizar definitivamente la economía.