La sombra de Kim Jong Un se cierne sobre Ucrania. El gobierno ucraniano está convencido de que, al menos, 10.000 soldados norcoreanos están ya en Rusia preparados para entrar en combate en suelo ucraniano en cualquier momento. Mientras el Kremlin guarda silencio, Corea del Sur da por buenas las sospechas ucranianas y estudia ya cómo responder. En el podcast ‘Diario de Ucrania’, analizamos con Oleksander Slyvchuk, analista del Transatlantic Dialogue Center, las consecuencias de esta posible entrada de Corea del Norte en el conflicto. Slyvchuk cree que es «cuestión de tiempo» que veamos a soldados norcoreanos pisando suelo ucraniano.
El analista tiene dudas sobre la efectividad y el desempeño que pueden ofrecer estos soldados fuera de su país. «El primer problema es el lingüístico. Dudo que sepan hablar inglés y puedan sincronizarse con las tropas rusas. Además, carecen de experiencia. No conocen Europa del Este y nunca han participado en un conflicto fuera de su país», explica Slyvchuk, quien cree que lo que busca Rusia no es la calidad, sino la cantidad, para intentar romper el frente de Donetsk con una oleada de hombres. «A Corea del Norte le da igual que estos soldados mueran en Ucrania».
La Alianza Estratégica Moscú-Pyongyang
La noticia se produce cuatro meses después de la visita oficial de Putin a Corea del Norte. El presidente ruso, que llevaba 24 años sin pisar el país, firmó una nueva alianza estratégica con Kim Jong Un que incluía una cláusula de defensa mutua mediante la cual ambos se comprometían a ayudar al otro en caso de sufrir una agresión externa. La entrada de tropas norcoreanas en Ucrania supondría un salto cualitativo en esta alianza, pero lo cierto es que el apoyo de Pyongyang, aunque no de manera directa, lleva tiempo siendo decisivo en la guerra de Ucrania.
Corea del Norte es uno de los principales suministradores de armamento de Rusia. «Las armas que Moscú recibe de Corea del Norte son más decisivas que las que recibe de Irán. Son proyectiles de artillería pesada y misiles. Corea del Norte es un régimen paranoico que tiene en su arsenal una gran cantidad de material para una guerra total contra el mundo», afirma Slyvchuk.
La Firmeza de los Aliados de Rusia Frente a las Dudas de Occidente
Este episodio vuelve a poner de manifiesto el desequilibrio que hay actualmente entre la firmeza del apoyo que Rusia recibe de aliados como China, Irán o Corea del Norte, frente a los titubeos que se aprecian en los dos pilares de Ucrania: Estados Unidos y la Unión Europea. «La clave es que Rusia no depende de las elecciones en Teherán o en Pekín, porque son países autoritarios. En cambio, Ucrania depende de las elecciones en Varsovia, París, Madrid, Berlín, Washington, etc. No sé por qué cuesta todavía tanto explicar a las democracias liberales de Occidente que esta es una guerra contra ellos», lamenta Slyvchuk.
No obstante, el analista ucraniano confía en que este movimiento sirva para que los aliados de Ucrania despierten. Y señala especialmente a Corea del Sur. «Tiene un gran potencial militar, pero hasta ahora no quería meterse en esta guerra. Me parece que ahora pueden cambiar de posición», afirma.