El pasado mayo, miles de marroquíes, muchos de ellos menores, se lanzaron al mar para alcanzar suelo español gracias a la colaboración de las fuerzas marroquíes. Os mostramos uno de los momentos más espectaculares de la tensión vivido esos días de mayo, el vídeo inédito del momento del rescate de un bebé por parte de dos guardias civiles: Juanfran y Braulio
Marruecos le había echado un pulso a la diplomacia española por la atención sanitaria prestada al líder del Frente Polisario Brahim Ghali, ingresado en un hospital de Logroño por COVID-19, el 18 de abril. La decisión de las autoridades españolas «de no informar a sus homólogos marroquíes» sobre la recepción de Ghali, fue calificada de «premeditada» y señalaba directamente a la Ministra González Laya, advirtiendo que “tomaba buena nota” y que la jefa de la diplomacia española, cesada tras la crisis de mayo en la frontera de Ceuta, había prejuzgado la reacción marroquí minimizando el grave impacto en las relaciones tras “esta deplorable situación» repitiendo los argumentos que Marruecos había expresado en varias ocasiones referidos específicamente a España tras la hospitalización de Ghali en nuestro país.
Una excusa. Marruecos buscaba presionar al Gobierno español para que tomara una actitud favorable con respecto a las pretensiones anexionistas del reino alauí con el Sáhara Occidental y reconociera la soberanía marroquí sobre los territorios ocupados saharauis.
En el libro de notas de Marruecos se había escrito que no iba a hilar fino en su respuesta. Habían ideado un plan para poner entre las cuerdas a la ya de por sí endémica y frágil situación económica que Ceuta estaba viviendo desde que se declaró la pandemia y se cerró la frontera. El gobierno marroquí aprovechó la situación desesperada de miles de personas que vivían directamente de la actividad fronteriza, bien con el comercio atípico, al que las autoridades aduaneras marroquíes habían cortado de raíz en 2019, o bien por el paso de miles de trabajadores transfronterizos que a diario acudían a trabajar a Ceuta. El cierre fronterizo por la pandemia había activado la presión migratoria contra la ciudad autónoma que traía a cientos de jóvenes hasta las costas ceutíes. Pero Marruecos no había llegado a cruzar la delgada línea que separa la desesperación con la acción premeditada usando el engaño y la pasividad para lanzar a miles de personas al agua, niños y niñas de corta edad incluidos, para mostrar su desencuentro con el gobierno español. Ni siquiera con la Marcha verde en octubre de 1975, cuando Marruecos aprovechó la crisis política desatada en España por la agonía de Franco para apoderarse del Sáhara Occidental y qué hizo a Hassan II, padre del actual rey, abandonar la vía diplomática por una estrategia de tensión creciente con España.
Las imágenes inéditas que acompañan esta información muestran cómo Juanfran y Braulio, dos guardias civiles, lograron traer a un recién nacido hasta la orilla. Cómo decenas de niños y familias se lanzaron al mar para alcanzar suelo español, gracias a la colaboración de las fuerzas marroquíes que incluso señalizaban el paso a sus ciudadanos para llegar hasta la playa del Tarajal en Ceuta. La Guardia Civil estaba completamente desbordada tratando de sacar del agua a cientos de personas que a duras penas nadaban hacia el espigón que separa la zona de tierra de nadie en la frontera durante los días que duró la entrada masiva a Ceuta.
La crisis de los embajadores
Marruecos retiró a su embajadora en España, Karima Benyaich, justo cuando estaban entrando miles de marroquíes de forma irregular por la frontera de Ceuta. La estrategia estaba clara. La retirada de la jefa diplomática en Madrid culmina el plan para presionar al gobierno español. El ministro de exteriores, Naser Bourita declaró que “ciertos entornos en España deben de actualizar su visión sobre nuestro país”. El gobierno marroquí culpaba a la exministra directamente de la llegada de Ghali a España y de ser muy “hostil” de cara a un pronunciamiento favorable a Marruecos en relación con el Sáhara. Un obstáculo para recuperar la normalidad en las relaciones por lo que algunas fuentes diplomáticas apuntaron que fue una exigencia de Marruecos el cese de González Laya. Todavía no ha vuelto la embajadora a Madrid.
Tras unos meses de tensión, Marruecos ha autorizado la vuelta de su embajadora Zohour Alaoui a Berlín luego de que el gobierno alemán anunciara una posición “positiva respecto a la propuesta de autonomía marroquí en el Sáhara que permiten la reanudación de la cooperación bilateral y el regreso de las representaciones diplomáticas de los dos países en Rabat y Berlín a su forma normal.
El miércoles pasado el Ministerio de Relaciones Exteriores, Cooperación Africana y Marroquíes Residentes en el Extranjero anunciaba en un comunicado la reanudación de sus relaciones diplomáticas con Alemania. En la nota reza que “Marruecos acoge con satisfacción el anuncio positivo y las posiciones constructivas expresadas recientemente por el nuevo gobierno federal de Alemania”.
El pasado mes de mayo, Marruecos llamó a consultas a su embajadora en Berlín, Zohour Alaoui. La diplomacia marroquí acusaba al gobierno alemán de emprender “posiciones hostiles que violan los intereses superiores del Reino», en referencia a la posición de Alemania ante el conflicto del Sáhara.