Se abre una grieta por la que este sector esencial, formado en su mayoría por mujeres, muchas de ellas migrantes, seguirá peleando por sus derechos. El colectivo, con una gran capacidad de organización y movilización, ha lanzado una campaña bajo la etiqueta #DerechoAParo
Por Gloria López
España discrimina a las trabajadoras de hogar y cuidados por negarles el derecho a paro. Es algo conocido, pero ahora el colectivo cuenta con el aval de una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) que, entre otras cosas, asegura que negar el acceso a la prestación por desempleo a estas casi 400.000 mujeres es contrario a la directiva europea de igualdad de trato entre hombres y mujeres en materia de Seguridad Social.
Se abre de este modo una grieta por la que sin duda tratará de seguir peleando este sector esencial, formado en su mayoría por mujeres, muchas de ellas migrantes. Un colectivo que se ha convertido en referente de auto-organización y movilización desde los márgenes hasta ocupar espacios en los medios de comunicación y en la sociedad. La sentencia, de hecho, llega gracias a la denuncia interpuesta por parte de una trabajadora de hogar de Galicia. Y hoy jueves el colectivo ha lanzado una campaña por móviles y redes sociales bajo la etiqueta #DerechoAParo.
A finales de septiembre de 2021, el abogado general de la UE se pronunció en la misma dirección que ratifica ahora el TJUE cuando aseguró que el régimen laboral de las trabajadoras domésticas es contrario al derecho comunitario, al suponer una discriminación indirecta por razón de sexo. “Esta exclusión entraña una mayor desprotección social de los empleados de hogar, que se traduce en una situación de desamparo social”, señala el comunicado del alto tribunal publicado este jueves.
“El Tribunal de Justicia declara que la directiva sobre igualdad en materia de seguridad social se opone a una disposición nacional que excluye las prestaciones por desempleo de las prestaciones de seguridad social concedidas a los empleados de hogar por un régimen legal de seguridad social, en la medida en que dicha disposición sitúe a las trabajadoras en desventaja particular con respecto a los trabajadores y no esté justificada por factores objetivos y ajenos a cualquier discriminación por razón de sexo”, concluye el organismo en la nota recientemente publicada.
«Las trabajadoras del hogar y de cuidados seguimos en el régimen especial y no tenemos los mismos derechos que el conjunto de lxs trabajadores del régimen general», denuncia el mensaje que se ha difundido desde diversas organizaciones de trabajadoras de hogar y cuidados. “Nos quieren sin paro, nos quieren sin derechos”. Es el único oficio que no tiene reconocido el derecho al paro. “El no reconocimiento de la prestación por desempleo es una discriminación hacia las trabajadoras de hogar y cuidados, que vulnera los artículos 14 y 41 de la Constitución y las directivas europeas de igualdad”.
Rafaela Pimentel, integrante de Territorio Doméstico, quien nos hizo llegar la campaña, lleva años reivindicando la ratificación del Convenio 189 de la OIT por parte del Estado español. No es la única forma de garantizar que este colectivo, fuertemente feminizado, cuente con los mismos derechos que cualquier persona trabajadora en nuestro país, pero sin duda su ratificación es importante y se ha convertido también en algo simbólico, porque gobierno tras gobierno ha prometido considerarlo y hacerlo, pero jamás se ha concretado. La vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, también ha asegurado que se ratificará pronto. Ojalá.
Lo cierto es que la reforma laboral recientemente aprobada en las Cortes después de un proceso de diálogo social tampoco ha hecho nada para mitigar la discriminación que sufre este sector de trabajadoras. “Todo lo que hemos conseguido ha sido gracias a nuestra lucha”, reitera Pimentel. La sentencia del Tribunal Justicia de la Unión Europea le hace sentir “muy feliz y con fuerza para seguir, necesitamos llegar a más trabajadoras, que se puedan organizar y conocer sus derechos”.
Queda pendiente
El colectivo insiste en reclamar “los mismos derechos reconocidos para el conjunto de los trabajadores del régimen general”. No solo se trata del derecho a paro, muy importante. Quedan otras cosas pendientes: derogar el desistimiento del empleador (la forma habitual de acabar con la relación laboral), cotizar por el salario real (no por tramos), reforzar las inspecciones de Trabajo que protejan a las trabajadoras (no sólo por cartas), prevención de Riesgos Laborales, protección frente al despido de las trabajadoras de hogar embarazadas, además, son las únicas trabajadoras por cuenta ajena sin integración de lagunas en el cálculo de prestación de incapacidad permanente o jubilación.
En 2011 se aprobó la incorporación del empleo de hogar en el Régimen General de la Seguridad Social, pero se mantuvo como sistema especial. Entonces se asumió el compromiso de ir regulando cuestiones pendientes. Pero, a pesar de algunos avances, la discriminación de estas trabajadoras es evidente y múltiple. Así lo ha reconocido la Justicia europea. Un hilo del que seguir tirando.
En España la cosa está bastante mal pero en otros lugares están mucho peor.