Ceuta conmemora el 104º aniversario de la creación de la Legión, unidad militar que ha marcado la historia de España desde 1920. Con su origen en el Tercio de Extranjeros y el legado del Credo Legionario, la Legión sigue siendo símbolo de valor, camaradería y servicio, adaptándose a los nuevos tiempos sin perder su esencia
El pasado 20 de septiembre Ceuta celebró el 104º aniversario de la creación de la Legión, una de las unidades más emblemáticas y respetadas del Ejército español. En 1920, con la publicación del decreto que daba luz verde a la formación del ‘Tercio de Extranjeros’, comenzó una historia militar que nadie hubiera imaginado como la más importante del último siglo. Con ella, también se escribió el Credo Legionario, principios que siguen guiando a los legionarios con la misma fuerza que el primer día.
Los primeros pasos del Tercio Duque de Alba
Para entender la trascendencia del Tercio Duque de Alba II de la Legión, es esencial echar una mirada a su glorioso pasado. A lo largo de los años, la Legión ha demostrado ser mucho más que una simple unidad militar; se ha convertido en un símbolo de disciplina, valentía y lealtad tanto en tiempos de paz como en el campo de batalla.
El sargento Jorge Herranz Martínez, quien lleva cuatro años destinado en esta unidad, es un claro ejemplo de la pasión y entrega que caracteriza a los legionarios. Natural de Benidorm, no dudó en unirse a la Legión a pesar de la distancia que lo separaba de su hogar. “Sabía que quería estar aquí”, comenta con convicción. A lo largo de su servicio, ha participado en misiones internacionales y ha experimentado de primera mano la camaradería que define a la Legión. “La calidad humana que se respira aquí es increíble; mandar a los legionarios, la mejor tropa del mundo, es lo mejor que hay”, añade con orgullo.
Una vocación sin influencias familiares
Herranz, a pesar de no tener una tradición militar en su familia, siempre sintió una atracción especial por la Legión. Hoy, tras casi cinco años en el Tercio, no puede más que sentirse agradecido por las experiencias vividas. “He tenido mucha suerte de estar aquí, de poder salir de misión y de formar parte de esta tropa”, afirma.
El 20 de septiembre tiene un significado especial para todos los legionarios, y para Herranz no es diferente. Este año, por primera vez, tuvo el honor de participar en el arriado celebrado en la Plaza de África, un momento que describe como uno de los más emotivos de su carrera.
Una historia de responsabilidad y orgullo
Al igual que Herranz, el teniente Miguel Kalitovics Díaz, originario de Canarias, también siente una gran responsabilidad al formar parte de esta unidad. Tras tres años en la Legión, reconoce que cada aniversario del 20 de septiembre es un motivo de celebración y reflexión. “La historia de esta unidad es imponente, y cada 20 de septiembre es una oportunidad para honrarla”, comenta.
El teniente recuerda con emoción cuando, el año pasado, tuvo el privilegio de portar la bandera nacional durante la parada militar en García Aldave, un honor que se turna entre los oficiales y que él considera uno de los momentos más destacados de su carrera. “Ser abanderado en un día tan especial fue un honor que no olvidaré”, señala.
El calor de la Legión y la sociedad ceutí
La Legión, más allá de su rigidez y disciplina, es vista por sus miembros como una gran familia. Fernando Fernández Gallardo, un caballero legionario de primera, quien llegó desde Lucena (Córdoba) hace cinco años, describe la relación con sus compañeros como algo único. “Se sufre y se disfruta juntos. La Legión es, para muchos de nosotros, una segunda familia”, explica.
El vínculo entre la Legión y la ciudadanía de Ceuta es fuerte e inquebrantable. “Siempre sentimos el calor de los ceutíes”, comenta Fernández. “Para ellos, somos importantes, pero para nosotros, ellos lo son aún más”.
Este 104º aniversario es una muestra más de cómo la Legión ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos sin perder de vista sus raíces. La lealtad, el sacrificio y el compañerismo que definen a sus hombres y mujeres han sido, y seguirán siendo, un referente tanto dentro como fuera de las fronteras de España.
La Legión no solo es un símbolo militar, es una parte intrínseca de la historia y el presente de Ceuta. Y mientras el eco de los pasos firmes de sus soldados siga resonando por sus calles, el espíritu del Tercio vivirá eternamente.