Rogelio Mateo Pitalua, del Grupo de Protección de Víctimas de Violencia de Género de la Policía Local de Ceuta, nos cuenta cómo funciona esta unidad, así como la coordinación con la Policía Nacional, los Juzgados, el Centro Asesor de la Mujer a través de los Servicios Sociales de la Ciudad Autónoma de Ceuta y la Unidad de Coordinación de Violencia sobre la Mujer de la Delegación del Gobierno
Entre las paredes del Edificio Polifuncional se le llama Grupo de Protección de Víctimas de Violencia de Género, aunque para la ciudadanía es más conocido como la UPAC de la Policía Local. Rogelio Mateo Pitalua es el agente encargado de coordinar a esta brigada que lucha contra la violencia machista en las calles de nuestra ciudad. Junto a él, Belén, Vital y Mateo, los tres funcionarios que demuestran cada día su compromiso para combatir esta lacra social.
¿Cómo funciona la UPAC?
La UPAC lleva funcionando desde el año 2017 y, en sus cuatros años de trayectoria, han atendido un total de 646 casos. De ellos, 546 están inactivos, por lo que actualmente son 100 los casos activos. Estos se reparten en los dos niveles de riesgo con los que trabaja la Policía Local, que son no apreciado y bajo, con 37 casos y 63 casos, respectivamente. El centenar de los casos se reparten de manera equitativa entre los cuatro agentes.
En términos generales, esta unidad lleva a cabo cometidos asistenciales, formativos y, propiamente dichos, de protección. También desarrollan cometidos en el seguimiento de casos de violencia de género que tienen asignados a través de la aplicación informática VIOGEN, en el cual se gestiona toda la información relativa a la violencia de género y donde los casos están interconectados con todas las policías de España. “Policía Nacional, Policía Local, Guardia Civil trabajan conjuntamente y tienen acceso e intercambio de información a través de la misma”, especifica Mateo Pitalua que, aunque es el mando para cuestiones más técnicas, tiene la misma función que el resto y a nivel operativo es uno más. “Cada funcionario tiene un número de casos asignados, que los hace responsables de la gestión de la seguridad y de la protección”, aclara el agente, que añade que están disponibles 24 horas y tienen un teléfono de asignación a las víctimas para cualquier urgencia que pudiera surgir. Estos funcionarios cuentan con toda la formación complementaria necesaria para la intervención de estos casos, están actualizados y pasan por diversos procesos formativos para ello.
Coordinación con otras fuerzas
La coordinación con otras fuerzas, así como con el resto de organismos, es fundamental para el buen funcionamiento no solo de esta unidad, sino del objetivo de la misma, que es combatir la violencia machista. El primer eslabón de coordinación es con la Policía Nacional porque existe un protocolo de colaboración entre ambos cuerpos en los que se reparten los cinco niveles de riesgo. De hecho, a este cuerpo le corresponden los tres nieles de riesgo restantes, que son, medio, alto y extremo. “La coordinación es excelente a todos los niveles: policial, corporativo y personal”, presume Mateo Pitalua, que confiesa que el grupo de protección tiene un chat de WhatsApp en el cual la formación fluye continuamente. “Nosotros recibimos los casos derivados de la Policía Nacional, porque la instrucción a través de una denuncia se recibe mediante este cuerpo, que es quien hace una primera valoración del nivel de riesgo, y dependiendo se deriva a Policía Local o lo gestionan ellos”, apunta el funcionario.
El siguiente eslabón cronológico es a través del Juzgado de Instrucción, ya que allí se dirimen todos los procedimientos que entran en juego. También con la Oficina de Atención a la Víctima igual. Es el primer lugar al que acude la víctima después de la denuncia, que le ofrece los recursos y la asesora en todo lo que es el periplo judicial. “En materia judicial también tenemos muy buenas relaciones”, subraya el mando de la UPAC de la Policía Local de Ceuta.
Tras esto, el caso se deriva a la Consejería de Servicios Sociales de la Ciudad, donde se materializan el acceso a los recursos que tienen las víctimas, y eso es a través del Centro Asesor de la Mujer. Una coordinación muy fluida para la unidad, porque también hablan con la trabajadora social, la psicóloga e, incluso, con la asesora jurídica.
También tienen relación con la Unidad de Coordinación de Violencia Sobre la Mujer, entidad coordinadora de todo lo anteriormente mencionado, a través de la Delegación de Gobierno. “La relación es magnífica y el trabajo muy bien estructurado y coordinado entre las distintas esferas que intervienen en la violencia de género”, presume el funcionario.
El trabajo diario del Grupo de Protección de Víctimas de Violencia de Género
Los agentes se uniforman cada día para atender todos los casos nuevos que llegan. Están en alerta, porque en el momento en el que se registra un caso de violencia de género nuevo, la Policía Nacional se lo comunican por correo electrónico. “El caso nuevo se recibe, se contacta con la víctima, se le dan las primeras recomendaciones de autoprotección y se establece el primer contacto telefónico”, enumera el funcionario, que señala que al día siguiente el caso pasa a disposición judicial para hacer la entrevista personal, momento en el que se acepta la resolución judicial adoptada en el Juzgado, que vinculará la permanencia en el seguimiento. “Si tiene orden de alejamiento, tenemos que continuar el caso porque el juez nos confiere la obligación de que esa orden de alejamiento se cumpla”, recoge Mateo Pitalua, que precisa que desde ese momento la víctima tiene el teléfono de asistencia 24 horas, así el funcionario asignado tiene el de ella. Otra de las misiones de la UPAC es contactar con el agresor para explicarle cuál es el roll de la Policía Local en la protección. “También le explicamos qué es lo que esperamos de él: que cumpla la orden de alejamiento, que no se acerque, que no se comunique, que a través de terceros no llegue ningún tipo de actuación porque si no estaría infringiendo la orden de alejamiento y se convertiría en un delito de quebrantamiento contra la administración de Justicia, por lo que tendríamos que intervenir y proceder a su intervención”, remarca el agente, que refuerza su misión en impedir que el agresor se acerque o se comunique con ella, y recordarle que si la incumple, la fuerza policial tiene que intervenir y proceder a la detención por otro delito.
La importancia del sistema VIOGEN
Los niveles de riesgo están sometidos a unas valoraciones periódicas, es decir, si es no apreciado, se revisa cada tres meses para hacer una revaluación del caso. Ocurre lo mismo si el nivel es bajo, aunque este es revisado cada dos meses. “Diariamente tenemos que ver qué casos están a punto de cumplir ese periodo máximo porque tengo que hacer una valoración”, explica el funcionario. Esto, para ellos, es un trabajo muy importante, ya que hay que las órdenes de alejamiento hay que subirlas al sistema VIOGEN para establecer su periodo de vigencia. “Es la sentencia la que te dice cuándo comienza y cuándo finaliza la orden de alejamiento”, precisa. Es muy importante compaginar todo este trabajo con el sistema VIOGEN, y para ello hay que tenerlo actualizado. Si una víctima cambia de domicilio, hay que registrarlo, porque igual que tiene un policía local asignado en Ceuta, si se muda a otra ciudad tiene que contar con protección. “Yo dejo de hacer el seguimiento en Ceuta y le hago un seguimiento territorial a la localidad o municipio al que va ella. Si ocurre algo en Málaga y me llama a mí, yo estoy en Ceuta. Deben actualizar cualquier variación de localización, incluso de unas vacaciones, o visita al médico”, responde el policía local, que señala que una vez que ella se traslada, contactan con la policía de allí y le comunican el requerimiento del traslado de la vivienda. “Todo lo que tengo yo en esa aplicación informática: orden de alejamiento, vigencia, atestado, datos actualizados y demás documentación, el otro policía que releva el caso, nada más que entre en el caso, tiene toda la información a mano. Por eso es muy importante la actualización de la información en VIOGEN”, reconoce el agente, que especifica que esto ocurre igual a la inversa, ya que, si una víctima de otra ciudad viene a vivir a Ceuta, esta información se actualiza y comienza a recibir el seguimiento en nuestra ciudad.
Una excelente cadena de eslabones que no se puede permitir el lujo de fallar. Si tienen que comunicar algo a la víctima y el teléfono no existe porque lo ha cambiado, tienen que hacer una actuación operativa para localizarla físicamente. Acuden al domicilio registrado y si no está, hacen un barrido a través del padrón y demás actuaciones para localizarla y saber dónde está viviendo “porque el policía de protección tiene que saber dónde vive esa persona, por si sucede algo, que yo sepa a dónde tengo que mandar un coche, porque cuando hay una situación de pánico lo primero que dicen es estoy aquí, pero aquí dónde es”.
Las salidas penitenciarias son muy importantes, ya que, que el agresor salga de prisión es algo que hay que comunicarlo porque la situación de protección va a variar. “Ella tiene que estar atenta y prevenida de que se lo puede encontrar en la calle. La protección propia comienza en la autoprotección”, precisa.
Ya que tienen acceso a los atestados, podría ser de su interés que le echaran un vistazo al 7401/20 de la UFAM de Ceuta, para ver cómo no debe falsearse un atestado… Y espero que su buena relación con los juzgados no se realice a través de la fiscala prevaricadora. A saber:
– Atestado: 7401/20 de la UFAM.
– Agente 98728: El Sr. Instructor, que no es capaz de certificar a qué hora dio comienzo el atestado. De la misma forma que certifica la anexión de unas fotografías con, supuestamente, mobiliario roto y que desaparecen del atestado, no se sabe si porque acabó retirándolas ó quizás porque, igual que el resto del atestado, directamente SE LO INVENTÓ. Por cierto Sr. Instructor: ¿Aconsejó Ud. a la supuesta víctima declarar que sólo había un juego de llaves en el hogar?
– Agente 103761: El 2º Sr Instructor, ó el “Instructor Fantasma” que practica dos diligencias una hora antes de que el Sr. Instructor, 98728, iniciara el atestado.
– Agente 119600: El experto psicólogo conocedor del alma humana… El que firma, cuantas veces hagan falta, que él mató a Manolete. El del falso testimonio…
– Fiscal Roy Bean, encarnación de Temis, paradigma de la imparcialidad y el brazo de la ley, el derecho, al sur del estrecho; porque yo soy así, y acuso de lo que me viene en gana. La prevaricadora…
Saludos cordiales.
PS: Debido a que los hechos anteriores han sido denunciados y convenientemente archivados por la justicia, se emplaza a cualquier persona víctima de un atestado y actuación fiscal similares contacte con quien escribe, o si necesitan cualquier documentación será facilitada gustosamente.