Los superiores llegan a citar hasta en cinco ocasiones a una víctima, con horas de interrogatorio, para que al final declaren que “no hay caso”.
Casi un siglo y medio tuvo que pasar para que la figura de la mujer tomase un papel principal dentro del Cuerpo de la Guardia Civil y desde que un Real Decreto Ley publicado el 22 de febrero de 1988 lo hizo posible, 30 años han pasado hasta que se aprobó en 2019 un ‘Protocolo de actuación frente al acoso sexual y al acoso por razón de sexo en la Guardia Civil’.
En AUGC llevamos años luchando para que hombres y mujeres trabajen en igualdad de condiciones dentro de la Institución y a pesar de haber conseguido grandes logros y amparar a las víctimas en diversas situaciones en las que han visto su trabajo afectado por ser mujer, hoy día se siguen dando casos de acoso laboral o sexual que revictimizan a la afectada y en muchas ocasiones acuden en estados de desesperación a la Asociación ante la pasividad de la justicia.
Es bochornoso que denunciar casos de acoso laboral o sexual dentro de la Guardia Civil tenga más repercusión sobre la víctima que lo sufre que para el agresor, ya que la mitad de los casos de acoso sexual o por razón de sexo de la Guardia Civil acaban archivados desde que existe este protocolo de 2019.
Según el Ministerio del Interior de los 87 casos denunciados, 63 son procedimientos cerrados y el resto, 24, han acabado como expedientes disciplinarios o están a punto de iniciarse como proceso judicial.
Nuestra Secretaria de igualdad, Alicia Sánchez es testigo cada día de casos que no son denunciados por miedo a represalias por parte de la víctima. Desde que se implementó el protocolo de 2019 de los 16 casos presentados solo 9 se reportaron.
Desde AUGC llevamos años pidiendo que se aplique el mismo protocolo que existe en la Administración General del Estado (AGE)». Para que por ejemplo los instructores permitan que la víctima pueda entrar acompañada a declarar, derecho que en algún caso se nos ha negado.