Hablamos con el presidente de la Asociación de Consumidores Halal de España (ACOHA) en Ceuta, Abdelmalik Mohamed Amar. ACOHA se implantó hace pocas semanas en nuestra ciudad y se define como «una iniciativa de hombres y mujeres comprometidos con el valor de lo halal, que se define como “una opción sana, segura, ética y saludable, tanto para las personas de confesión musulmana como para los consumidores en general”.
¿Qué es el certificado halal para quien no lo sepa?
El sello halal es un certificado que se emite. En España hay entidades que están avaladas por los centros de acreditación de los distintos países árabes musulmanes, que les faculta emitir dichos certificados halal. Previamente, a las empresas les hacen una serie de visitas en sus instalaciones y todos estos centros de acreditación tienen sus estándares de su propio país. Esas inspecciones suelen durar una semana y después se hace un resultado de las condiciones que te dan un tiempo para subsanar y finalmente realizan la verificación. Si realmente cumple las condiciones le dan el certificado halal para su país.
¿Se cumple en Ceuta el correcto etiquetado halal?
Nosotros hemos llegado a la conclusión de que hay un déficit muy importante porque una inmensa mayoría de productos que entran en Ceuta no están debidamente certificados porque no es suficiente que un distribuidor de carnes, por ejemplo, enseñe o muestre un certificado halal de su proveedor. Él mismo como manipulador debe tener ese certificado, nosotros en Ceuta no sabemos de nadie que lo tenga.
Hubo uno en su día que nos preguntó por la posibilidad de obtenerlo y le pedimos que nos dijera el grado de intensidad de la electricidad que se le que se les aplicaba a los pollos y no nos quiso dar aquellos datos.
¿Cuál es vuestra labor desde la Asociación de Consumidores de Halal?
Nuestra labor principal es concienciar y crear cultura halal, que significa, que no hay toxicidad y que es beneficioso para tu salud. No solamente hay que relacionar lo halal con la comida, también con los servicios. De hecho, hay empresas halal, que no venden nada, pero ofrecen servicios que lo son. ¿Cómo puede ser una empresa halal? Pues una que respeta el grado de armonía con sus trabajadores, les paga en su día, valora sus vacaciones y sus días de descansos…todos esos comportamientos.
Por ejemplo, en Francia hay cerca de 8 millones de musulmanes y allí la inmensa mayoría de los franceses a la hora de comprar productos cárnicos compran productos halal porque entienden que saben mejor.
¿Se confunde el certificado halal con más saludable?
Nosotros nunca decimos que sean más saludables porque nos sometemos a la Ley de Seguridad. Nosotros lo que decimos es que hay dos productos análogos y defendemos la idea que se está desarrollando en el Reino Unido, un país que está trabajando para que todos los productos cárnicos lleven una etiqueta halal y otra en la cual se identifique si hubo aturdimiento o no y si lo hubo qué tipo de aturdimiento. Tiene que haber opciones para los musulmanes y para los que no lo son.
Hace poco propusisteis a la Ciudad un Registro de Importadores de Productos y Prestatarios de Servicios Halal, ¿qué beneficios tendría?
Creemos que tendría muchos beneficios, por ejemplo, si una empresa necesita un certificado halal, cosa que ahora ninguno tiene en Ceuta. Hemos pedido que haya una regulación mínima y que las personas que vayan a importar productos halal estén debidamente certificadas.
Hace poco os instalasteis en Ceuta, ¿qué actividades tenéis pensado a largo plazo?
Tenemos pensado realizar seminarios para informar a la población sobre qué es el concepto halal y nos gustaría también hacer un festival de alimentos halal, porque tiene una proyección a nivel internacional muy importante y aquí hay un gran número de consumidores musulmanes que esperamos poder ayudarles.
Un gran desconocido o que quizás pasa más desapercibido son las chuches, que también pueden ser o no halal, ¿cómo pueden elegir los musulmanes las correctas?
Uno de los grandes peligros de los musulmanes son los aditivos, que son los enemigos silenciosos porque hay muchos aditivos que son de origen animal y que están presentes en multitud de productos, en las golosinas van muchas cosas.