Continúa el juicio contra el maestro del Ramón y Cajal acusado de agresión sexual, la niña de 4 años y sus familiares relatan episodios de abusos en el cuarto de baño del colegio. La madre dice que no quiere dinero, solo pide justicia y que “paguen” por lo que le han hecho a su hija
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Las primeras pruebas testificales en el juicio contra el maestro de educación física del Ramón y Cajal, acusado de agresión sexual a una menor de 4 años por lo que se enfrenta a una pena de 15 años de cárcel, han sido la de la víctima y sus familiares, que han relatado los episodios de abusos que se producían, presuntamente, en el cuarto de baño del colegio.
En primer lugar se ha reproducido ante los jueces de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta la declaración grabada de la menor de 4 años. En la Sala se ha podido escuchar como la niña sabía diferenciar entre la verdad y la mentira con colores y conocía las partes del cuerpo. Poco a poco, a medida que se le iban haciendo preguntas, la pequeña cuenta que en el cuarto de baño su maestro J.M.R. le cortó un mechón y le dijo “si lo dices te corto el pelo”. “¿Qué no quería que contaras?”, le preguntan, “la verdad”, dice la niña.
Entonces relata que le metió el palito en sus partes íntimas y “se lo metió en la boca”, también dice que le dio “besos con lengua en la boca”. No estaba sola, había otra niña, y no fue solo una vez: “muchas veces, siempre lo mismo”. Además, relata que le echaba crema del cuarto de baño por diferentes partes de su cuerpo.
La madre no quiere “tomarse la justicia por su mano”
La segunda prueba presentada durante la vista oral ha sido la testifical de la madre de la niña, que cuenta que se enteró cuando su madre (la abuela de la niña) la llamó por teléfono para contarle todo lo que estaba pasando. Ella estaba en un centro de mujeres maltratadas y su madre le llamó para decirle “que el profesor estaba abusando de ella, con besos, que se refregaba contra ella, que le tocaba la vagina, que le cortaba mechones, que llevaba tres meses haciendo eso”. La punta del iceberg fue cuando un día le vieron “sangre en sus braguitas”.
Al día siguiente de recibir la llamada viajó a Ceuta, una vez aquí su hija le contó todos los episodios de abuso, diciendo quién había sido el autor sin ningún tipo de duda, y asegura que ella vio los cortes en el pelo de su hija. “Estaba muy afectada, las palabras le salían poco a poco”, dice. La niña empezó unos tres meses antes a hacerse pis en el colegio. La madre le da total credibilidad a su hija: “me lo creo, habla poco pero dice la verdad, no se monta películas”.
La llevó a Urgencias, allí llevaron a cabo el protocolo. La madre asegura que su hija no tenía acceso a ningún teléfono móvil en el que pudiera tener acceso a internet o contenidos pornográficos, además dice que no conocía previamente los hechos denunciados en el Lope de Vega y que no quiere tener beneficio económico: “Solo me importa mi hija y que paguen por lo que le han hecho”.
A respuesta del abogado de la Defensa, cuenta que ella iba y venía de Ceuta para trabajar, llevaba 21 días fuera cuando la llamaron. Hablaba cada dos o tres días con su familia. El letrado ha leído partes del atestado durante la declaración de la madre buscando y destacando contradicciones que tendrán que valorar los jueces. “No intente tergiversar, nosotros no queremos tomarnos la justicia por nuestra mano, queremos que seáis vosotros”, ha dicho.
Otra menor confirmó haber sufrido abusos: las niñas no querían ir a gimnasia
Como testigo ha participado en el juicio la madre de la otra menor que podría haber sido abusada sexualmente. Cuenta que ella no supo nada hasta que apareció la Policía en su casa tras la denuncia de la otra niña y le explicó lo sucedido, dice que ella le había visto en la braguita “con moquillo” pero no le dio “importancia”. En un primer momento, relata que se quedó en “shock” y no sabía cómo hablar con su hija. La Policía habló con su hija y le confirmó los abusos, la madre relata que le dijo que “le hizo fotos, le daba besos y le daba con el palito en el culito”. Confía en que está diciendo la verdad: “como madre sé cuando miente o no, con 4 años no tiene intención de mentir”.
Los meses antes notó cambios en el carácter de su hija: “se volvió muy protestona”, cuenta la madre. La niña nunca la había hablado ni mal ni bien de su profesor, pero sí le había dicho que “no quería ir a gimnasia”. Desde que el acusado dejó de dar clases no ha vuelto a ver las bragas de la niña manchadas.
La abuela de la primera menor, la denunciante, ha contado a los jueces que la primera vez que se dio cuenta fue tras recoger a la niña del colegio que “no podía andar”, le vio la zona vaginal enrojecida y pensó que se habría hecho pis. “Todos los lunes, día que tenía gimnasia, la niña se negaba en ir al colegio”, dice. Esta mujer dice que tiene cuatro niños y que cuida de la pequeña, por lo que sabía que algo “no estaba bien”.
Tras insistir para saber qué le pasaba, su nieta le contó que su maestro “la llevaba al cuarto de baño y le hacia fotos, después empezó a tocarle la vagina”. También indica que cada lunes le veía las bragas manchadas.
El siguiente testigo ha sido el médico de Urgencias en el Hospital de Ceuta, que recuerda vagamente lo ocurrido. “La niña venia tranquila, le pedí que me señala donde la había tocado, la exploré pero no vi daños”, ha relatado. Fue la madre la que le explicó al médico lo que había pasado, el facultativo no detectó ninguna lesión. En fase de instrucción dijo que la madre le había dicho que la tenía amenazada con contarle el pelo y que pudo apreciar varios trasquilones, pero ahora no lo recuerda. A su criterio, “un bastoncillo o algo pequeño no creo que dejara lesión”.
También ha testificado el director del colegio Ramón y Cajal, que ha especificado que a la edad de las menores no es obligatoria la asistencia al centro y señala que el acusado no dio problemas el tiempo que estuvo trabajando ni tuvo quejas. No tiene constancia de que hubiera enemistad entre las familias y el maestro. Ha explicado el lugar donde estaba el gimnasio, en qué lugares había botiquín y que sí había tijeras. El director cuenta un episodio en el que la tutora le cuenta que la menor se cortó el pelo, ella sola, y “cree que fue con posterioridad”.
El juicio continuará esta tarde con la declaración del resto de testigos. El acusado será el ultimo en testificar, por lo que previsiblemente no hablará hasta mañana.