Imogen Cunningham (1883-1976) fue una figura clave en la fotografía del siglo XX, conocida por su habilidad para capturar la esencia de la naturaleza y el cuerpo humano. Nacida en una familia de granjeros, Cunningham rompió barreras sociales al ser la primera mujer en firmar desnudos masculinos, un acto audaz para su época.
La exposición Imogen Cunningham. Esencias, que se puede visitar en el Museo Carmen Thyssen Málaga hasta el 19 de enero, ofrece una selección de sus obras más representativas, pertenecientes a la Colección José Luis Soler Vila. La muestra incluye una treintena de fotografías que destacan por su búsqueda de líneas puras y su mirada sin prejuicios.
Cunningham utilizaba un sello de tres sílabas chinas, I-MO-GEN, que significa ‘ideas sin fin’, para firmar sus obras. Este concepto refleja su enfoque artístico, caracterizado por una curiosidad inagotable y un deseo de explorar nuevas formas de expresión.
En la Sala Noble del museo, los visitantes pueden apreciar cómo Cunningham entrelaza cuerpos y plantas, manifestando su naturaleza orgánica. A partir de los años veinte, desarrolló un lenguaje fotográfico personal, utilizando juegos de luces y sombras para crear imágenes poéticas y transgresoras.
La obra de Cunningham está profundamente ligada a sus experiencias personales. Desde sus estudios de química en la Universidad de Washington, donde tuvo su primer contacto con la botánica, hasta sus primeros desnudos, en los que ella misma o su marido, el grabador Roi Partridge, posaban como modelos.
Además de su interés por la calidad de impresión, que la llevó a utilizar técnicas como la platinotipia, Cunningham fue una pionera en la representación del cuerpo humano. Sus desnudos, alejados del erotismo vulgar, son una oda a la belleza y elegancia del cuerpo, elevando la fotografía a un lenguaje moderno y poderoso.
En su carrera, Cunningham también exploró el fotoperiodismo junto a Dorothea Lange y fue miembro fundador del Grupo f/64, junto a figuras como Edward Weston y Ansel Adams. Este grupo promovía una fotografía pura y precisa, en contraste con las composiciones artísticas de la época.
La exposición en Málaga es una oportunidad única para descubrir la obra de una artista que desafió las convenciones y contribuyó significativamente a la igualdad de género en el arte. Sus retratos de personalidades del arte y la cultura, así como sus escenas callejeras, reflejan su habilidad para capturar la esencia de la vida cotidiana.