El Club de Malasmadres ha presentado esta mañana su encuesta ‘La Hora de Cuidarse y respirar’, que analiza los efectos de la pandemia en la salud mental de las mujeres. Los resultados revelan datos como que 50% de las mujeres considera que su salud mental ha empeorado durante el último año, o 5 de cada 10 han padecido episodios de estrés y ansiedad.
La presentación ha contado con las aportaciones de Laura Baena, fundadora del Club de Malasmadres, Maite Egoscozabal, socióloga y responsable de Investigación Social del Club de Malasmadres y Patricia Ramírez, psicóloga. Además, Marta, mujer madre que ha vivido de primera mano los estragos de la pandemia en su salud mental ha compartido su testimonio con las asistentes.
Desde el Club de Malasmadres se apuesta por no dejar a un lado el cuidado personal cuando la maternidad llega a la vida de las mujeres. “Si ya es difícil conciliar la vida laboral, con la personal, ahora lo es más con la pandemia y el autocuidado” afirma Laura Baena. Además, ponen en relevancia la gran incertidumbre que ha traído consigo el confinamiento y las cargas extras que ha supuesto para las mujeres, como tener que lidiar con la conciliación en cuestiones como las cuarentenas preventivas.
En cuanto a los datos sobre la salud mental de las mujeres madres, Maite Egoscozabal ha sido la encargada de presentar las cifras, en las que se ha evidenciado que 5 de cada 10 mujeres han sufrido estrés o ansiedad y 7 de cada diez se han sentido tristes y apáticas durante esta crisis sanitaria. Además, 9 de cada 10 mujeres encuestadas “se sienten culpables si se cuidan porque intenten que no están prestando atención a sus familias” afirma Maite. Además, sólo el 41% de las mujeres con sintomatología ha acudido a un profesional.
El 53% de las mujeres ha visto su salud mental empeorada, y el resto, siente que sigue igual de frágil
Maite ha distinguido tres bloques importantes a la hora de analizar esta situación en la vida de las mujeres madres. En primer lugar, medir el grado de autocuidado de las mujeres, después, investigar cuales son las barreras que impiden auto cuidarse y por último, cómo ha avanzado la situación en el contexto de la pandemia. De las encuestadas, El 53% ha visto su salud mental empeorada, y el resto, siente que sigue igual de frágil. En cuanto a los síntomas, la apatía, la desmotivación y la tristeza acaparan la vida de 7 de cada 10 encuestadas. Y el 17% de las mujeres ha sufrido sintomatología física como la pérdida de cabello o las erupciones cutáneas.
El 30% de las mujeres ha sufrido un síntoma que ha requerido ayuda de un profesional y de este 30%, el 59% no ha acudido a una profesional. La mayoría de estas mujeres sí que han manifestado sin embargo que la meditación y el ejercicio físico han sido factores que les han ayudado a sobrellevar la situación. Sin embargo, llama la atención y es importante visibilizar que el 12% de estas mujeres ha recurrido a la automedicación.
La principal razón de la angustia que están padeciendo muchas mujeres es la sensación de “no poder llegar a todo: responsabilidades laborales, familiares y el cuidado de los hijos e hijas”, seguida de “la incertidumbre y no poder hacer planes”. En tercer lugar, aparece el miedo por la situación sanitaria.
Poner el foco en el autocuidado
Maite explica que “ya trabajábamos con la hipótesis de que las mujeres vemos el autocuidado como un elemento lejano, sobre todo madres. El 90% de las mujeres o no se cuida, o le queda mucho recorrido aún por hacer”. El ejercicio físico o la meditación son los elementos más comunes del autocuidado.
“El hecho de no priorizarnos y de priorizar a los demás es la principal barrera para el autocuidado. En el 50% de los casos ocurre por falta de tiempo” afirma la socióloga. En cuanto a las emociones que genera el autocuidado en las mujeres, a la mayoría les genera bienestar y optimismo. “Pero 9 de cada 10 mujeres se sienten culpable al cuidarse a sí mismas. Por eso hemos de trabajar en que cuidarse es un derecho” sentencia la socióloga.
Patricia, psicóloga, afirma que “ayer se evidenció la importancia de la salud mental y los pocos psicólogos que hay en la sanidad pública”. Además, incide en la importancia de que las mujeres compartan la vulnerabilidad que sienten para poder curarse y fortalecerse, e incide en la importancia de que las madres hagan un plan de acción. “Si no lo hay, nos quedaremos de nuevo en la palabra” sentencia.
Por último, Marta, doctora y madre primeriza de un niño de 9 meses cuando empezó la pandemia, ha decidido compartir su testimonio. Marta comenzó a sufrir terrores nocturnos, problemas de sueño derivados de las exigencias de la pandemia y el cuidado de su hijo. Marta Llegó a pensar en medicarse, pero realmente sabía que lo que necesitaba era psicoterapia, sin embargo, no tenía tiempo físico para acudir. “Me parece importante compartir mi vulnerabilidad y animo a todo el mundo al que lo haga” explica.
Por último, Patricia, ha explicado que “para pedir ayuda, primero hay que reconocer que lo que te está pasando es normal”. Además, ha incidido en la importancia de la naturaleza como herramienta para que las mujeres se reconcilien con algo tan básico como el silencio, alejándose con el ruido que impide conectarse con ellas mismas.