Las naves del Tarajal se han convertido en el centro de recepción del material donado a estos dos países afectados por el terremoto. Allí lo clasifican por tallas y género, lavan la que viene sucia y desechan la que está deteriorada. «Lo que no quieras para ti, no lo quieras para otra persona», critica la empresaria Sabah, que asegura que es «denigrante» donar en malas condiciones a personas necesitadas
Ceuta no deja de volcarse con la ayuda humanitaria a Turquía y Siria tras el desastre natural ocasionado por el terremoto que ha dejado a ambos países devastados. La Plataforma Solidaria de Ayuda a los Afectados por el Terremoto de Turquía y Siria trabaja durante estos días recaudando fondos en el Paseo del Revellín y en el Mercado de Hadú, pero también lo hacen recogiendo y preparando el material que están demandando para las personas que han quedado sin nada en cuestión de segundos.
Las naves del Tarajal han sido habilitadas como almacén para recepcionar materiales tales como abrigos, impermeables, botas, jerseis, pantalones, guantes, bufandas, gorros, calcetines, ropa interior, que dona solidariamente tantos ciudadanos y ciudadanas ceutíes. Pero esto no podría llevarse a cabo sin la ayuda de un grupo de mujeres altruistas que se encargan de clasificar estas prendas.
En primera instancia, extraen del montón aquella ropa que se encuentra deteriorada para, directamente, tirarla a la basura. Tras esto, apartan aquellas prendas que vienen sucias para limpiarla en la lavandería que han habilitado en las naves y que cuenta con varias lavadoras. Posteriormente, esta es secada y doblada junto al resto de prendas que venían en perfectas condiciones, algunas de ellas hasta con etiqueta. Asimismo, la ropa está diferenciada por edades y por género.
Sabah Hamed, empresaria ceutí que colabora con la ayuda humanitaria, no comprende que la gente sea capaz de donar ropa que no está en condiciones. «Lo que no quieras para ti, no lo quieras para otra persona», reivindica la mujer. Sabah se pone en la piel de aquellas personas que tengan que recibir material donado en nefastas condiciones y asegura que es algo «denigrante e indignante».
La mayoría de la ropa que ocupa las naves del Tarajal es aquella que sobró durante la crisis migratoria, aunque esperan recibir más en los próximos días tras el llamamiento que se ha hecho desde la plataforma. Los y las voluntarias piden que se done, pero que se haga con conciencia y humanidad, y aquel material que sea susceptible de ser donado en buenas condiciones. El donativo en metálico también es necesario ya que el material aquí es más caro en Turquía y en Siria, por lo que enviar el dinero a ambos países puede facilitar a la hora de adquirir un volumen más alto de ayuda humanitaria.