El nuevo sistema fronterizo implementado por España y Marruecos impide que las personas que venían a trabajar sin contrato a Ceuta puedan hacerlo. Se acaba así con el comercio atípico, el trabajo irregular, la explotación laboral y una imagen de una frontera inhumana. Quienes quieran entrar a Ceuta deberán tener visado Schengen o Tarjeta de Identidad de Extranjeros, que se obtiene con un contrato de trabajo
El Gobierno de España lo advirtió: la frontera terrestre entre España y Marruecos sería más ordenada y controlada. Y así se ha podido comprobar en los últimos días, cuando la segunda fase de reapertura establecida por sendos países permitía la entrada de los y las trabajadoras transfronterizas.
Pero, ¿qué supone esta nueva frontera?: pues una eliminación no formal de la excepción Schengen, por lo que por ahora solo pueden entrar a la ciudad aquellas personas que tienen un visado para el espacio Schengen o aquellas personas transfronterizas con Tarjeta de Identidad de Extranjeros (TIE).
Estas nuevas normas de entrada al territorio español desde Marruecos suponen un paso más hacia «una frontera más segura, más ordenada, y más europea» y hacia la eliminación de la excepción al Acuerdo de Schengen para aquellas personas residentes en la provincia de Tetuán (transfronterizas) -una demanda del gobierno Local- quienes antes del cierre de la frontera el pasado mes de marzo de 2020 podían entrar con el pasaporte sin necesidad de visado, ni contrato de trabajo.
Debemos recordar que por la frontera de Ceuta pasaban a diario entre 25.000 y 30.000 personas, de las cuales más del 90% (unas 27.000) eran personas transfronterizas (de la provincia de Tetuán), que venían a Ceuta a trabajar, pero únicamente había unas 2.000 personas dadas de alta en la seguridad social, por lo que el 93% (25.000 personas) trabajaban de manera irregular. El otro 10% restante (o menos) entraban a Ceuta con un visado Schengen.
Estas personas, que no contaban con contrato de trabajo, se dedicaban principalmente al porteo, pero muchas de ellas también trabajaban de manera informal en el sector servicios, de la construcción así como en el servicio doméstico.
¿Qué pretende evitar el Gobierno con esta nueva regulación?
En esta nueva etapa, tal y como anunciaba el Gobierno de España, solo podrán acceder al territorio español en África aquellas personas que tengan visado Schengen o contrato de trabajo. Esto quiere decir que ese -aproximadamente- 93% de las personas que residen en la provincia de Tetuán y que antes entraban a Ceuta únicamente con su pasaporte en vigor ya no podrán hacerlo.
Con esto, el Gobierno pretende acabar con la economía sumergida, con la explotación laboral de aquellas personas contratadas de manera irregular, con la competencia desleal de aquellas personas que realizaban servicios sin pagar impuestos y con el comercio atípico, también conocido como porteo o contrabando, así como con las mafias que trafican con personas, según confirman fuentes de toda solvencia a El Foro de Ceuta.
Se acaba también con esa imagen de frontera inhumana en la que se veía a miles de personas, en su mayoría mujeres, porteando a sus espaldas, primero, y desde hace unos años empujando carritos con decenas de kilos de mercancía que no pasaba por ningún control en ninguno de los países.
Ahora bien, Marruecos deberá dar salida a las 25.000 personas y sus dependientes (alrededor de 125.000 personas contando con una media de 5 personas por hogar) que residen en la provincia de Tetuán, que vivían de la frontera y que ahora no podrán hacerlo si no cuentan con un contrato de trabajo. Algo que tendrá graves consecuencias
Un nuevo sistema más seguro y ordenado: más europeo
El presidente de la Ciudad, Juan Vivas, celebra esta nueva etapa para Ceuta, que desde su partido se reivindica desde hace años. Vivas ha asegurado que se demuestra así la «interdependencia económica» entre Ceuta y Marruecos, y afirma tajantemente que «la economía de Ceuta no depende de Marruecos» y que el cierre de la frontera «lo ha demostrado». Para el presidente de la Ciudad, «es una experiencia empírica que sirve para valorar esta situación. No digo que no haya tenido un impacto no evaluable en el ámbito de lo que podríamos denominar como economía sumergida«.
«Si lo medimos por el número de personas cotizantes a la Seguridad Social, en febrero de 2020 -antes del cierre fronterizo-, el número de personas que cotizaban, si no computamos a las empleadas del hogar, resulta que era menor que el que ahora hay. En términos de cotizantes, salvo los trabajadores transfronterizos, no ha tenido impacto».
Sin embargo, el jefe del Ejecutivo local reconoce que «se ha visto afectada la Hacienda de la Ciudad desde el punto de vista de la recaudación del IPSI, pero esto está compensado por el Estado. También ha influido en los ingresos de la Autoridad Portuaria, pérdidas que también ha sido compensada. Los autobuses y taxis sí que se han visto afectados, así como las agencias de viajes. Pero en conjunto, el empleo no se ha visto afectado salvo en los trabajadores transfronterizos. Eso no quiere decir que no deseemos una actividad turística relacionada con el país vecino, unas relaciones comerciales normalizadas«.
«Ceuta apuesta por un modelo económico basado en más España más Europa, pero no es incompatible con el complemento de unas buenas relaciones económicas tanto turísticas como comerciales con Marruecos, pero eso exige una frontera que funcione de manera ordenada en el tránsito de personas y de mercancías», ha aseverado Vivas ante los micrófonos de la Radio Televisión Pública en Bruselas, con motivo de la presentación del informe “Ceuta y Melilla, + España y + Europa” de la consultora Ernst & Young Abogados SLP, promovido por el eurodiputado Jordi Cañas (Ciudadanos).
«Según las estimaciones que se hacían cuando la frontera estaba abierta y no había controles ni condiciones, el descenso de la intensidad de los flujos ha sido de un 90%. Cuando se produce ese descenso todo funciona mejor. Hay menos colas, no hay colapsos, y eso ayuda al desenvolvimiento de las actividades comerciales. La aduana comercial es fundamental para sustituir el comercio atípico transfronterizo por expediciones comerciales regladas en acuerdo con el país vecino», ha concluido el Presidente.