Como han pasado los años… dice una canción. Hoy es un día de memoria, mi memoria, sin otros calificativos de aquellos con los que los políticos, los políticos nefastos se entiende, intentan modificar la Historia. El 8 de diciembre se conmemora la festividad de la Inmaculada Concepción de María, la Patrona de España, aunque muchos españoles lo ignoran; y la Patrona de la Infantería española. Esto también se ignora por muchos españoles, para los que la Inmaculada es el nombre de un puente.
En mi caso, además de los imborrables recuerdos que cada año me vienen a la memoria en este día, a los que no renunciaré, y que se fueron ampliando conforme se construía mi familia junto al principal soporte de mi vida, Soledad, constituyendo de esta forma una de las celebraciones familiares en mi casa, este año tiene una connotación especial. Se cumplen CINCUENTA años desde mi primera Patrona. Y quiero recordarla en estas líneas y compartirla con todo el que tenga la santa paciencia de leerlo.
Parece que fue ayer, en Móstoles, el centro de instrucción de reclutas del Batallón de Infantería del Ministerio del Ejército.
Una magnífica unidad cuyos valores y disciplina me han acompañado toda la vida. Mi jefe de sección era el Sargento D Tomas Aguilera Ramirez, un sargento que no tenía nada que envidiar al sargento de hierro, siempre lo he tenido como referente. Mi jefe de compañía era el teniente D.Luis González Paradis. Era un oficial de la época, montaba a caballo y sus teóricas tenían un contenido técnicamente próximo a la perfección. El capitán que mandaba todo aquello era D Carlos Planas Corsini. Creo que es la primera vez en los últimos cuarenta años que he intentado recordar sus nombres, y no me ha costado. Seguro que hicieron un buen trabajo.
Con motivo de la Patrona tuvimos varios días de celebración, que se unían al ambiente festivo que suponía la proximidad de la Jura de Bandera y sus correspondientes ensayos. Fue la celebración más grande en la que yo había participado hasta esa fecha, increíble. Hubo concursos, competiciones, vaquillas, y hasta una actuación que terminó en estriptis, algo increíble a mis 17 años.
Luego ha habido muchas más Patronas, una muy especial en el año 1975, en Lanzarote, con la 7 compañía del Alcazar de Toledo. Habíamos llegado la noche antes evacuados del Sáhara español en el Transporte de Ataque Galicia, TA31, y fuimos toda una sorpresa al aparecer desfilando, un poco a nuestra manera, éramos una Compañía de Carros de acómbate y no veníamos de un sitio en el que se hiciese mucha instrucción de orden cerrado, en el patio de armas. Después en El Goloso, en Melilla, en Bilbao, en Melilla de nuevo, en Canarias, y en Ceuta. Todas ellas inolvidables.
Ya no formo en el patio con mis compañeros, pero en mi pecho de viejo soldado siento ese hálito que me dice que sigue siendo mi Patrona, que cada persona tiene su destino, sus tiempos y sus momentos; y que, como me enseñaron en aquel centro de Móstoles, a la Patria se le sirve desde cualquier puesto. Y yo ocupo el mío y la sirvo con la misma ilusión de hace cincuenta año.
Viva la Inmaculada! Viva la Infantería! Viva España!