El juez Joaquín Peinado, instructor del caso que investiga la contratación de Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Instituto de Empresa (IE), se encuentra en el centro de una controversia por su interpretación de las declaraciones de los responsables de la contratación. Según revelaciones publicadas por El Periódico de Catalunya, el magistrado habría tergiversado las palabras de Juan José Güemes, vicepresidente del IE, y de Sonsoles Blanca Gil de Antuñano, directora de Recursos Humanos, al sugerir que Gómez fue contratada únicamente por su relación con el presidente del Ejecutivo.
Declaraciones malinterpretadas
Durante su comparecencia, tanto Güemes como Gil de Antuñano negaron que la contratación de Gómez estuviera motivada por su vínculo con Pedro Sánchez. Sin embargo, el juez Peinado habría deliberadamente manipulado las palabras de Gil de Antuñano, subordinada de Güemes, para respaldar una narrativa de favoritismo político que ambos responsables desmintieron categóricamente.
Según la información publicada, el magistrado interpretó una frase de Gil de Antuñano de manera tendenciosa para afirmar que Gómez había sido seleccionada “por ser esposa del presidente del Gobierno”. Esta afirmación no solo fue rechazada de plano por los responsables del Instituto de Empresa, sino que también llevó al propio Güemes a ser imputado al finalizar su declaración, una decisión que ha sido cuestionada por carecer de fundamentos jurídicos sólidos.
La postura del Instituto de Empresa
El Instituto de Empresa ha defendido la contratación de Begoña Gómez, asegurando que se llevó a cabo conforme a los procedimientos habituales de selección y basada en sus méritos profesionales. Gómez, especializada en captación de fondos y gestión de proyectos, ocupó un puesto relacionado con estas áreas dentro del IE.
Además, Juan José Güemes calificó de “falsificación deliberada” la interpretación del juez Peinado, asegurando que nunca afirmó, ni sugirió, que la relación de Gómez con el presidente del Gobierno influyera en su contratación.
Un estilo “inquisitorial” bajo la lupa
El caso ha puesto en tela de juicio el estilo del juez Peinado, descrito por fuentes cercanas al proceso como “inquisitorial”. Su manejo de las declaraciones y la imputación de Güemes han generado críticas dentro del ámbito judicial y político, especialmente por la ausencia de pruebas concretas que respalden sus acusaciones.
Consecuencias políticas y mediáticas
La contratación de Begoña Gómez ha sido objeto de controversia desde su inicio, con sectores de la oposición cuestionando su idoneidad para el puesto y sugiriendo un posible conflicto de intereses. Sin embargo, este nuevo episodio ha desviado la atención hacia el papel del juez Peinado y la credibilidad de su investigación.
Por ahora, el caso sigue abierto, pero las acusaciones de tergiversación podrían debilitar significativamente la postura del magistrado y, con ello, el futuro de las imputaciones relacionadas con la contratación de Gómez.