Sin recibir apoyos dentro del Parlamento Europeo, la iniciativa de Se Acabó la Fiesta se convierte en una carta abierta dirigida a la presidenta Roberta Metsola, denunciando la falta de voluntad política para reforzar la transparencia.
El eurodiputado Alvise Pérez, junto a los otros dos representantes de Se Acabó la Fiesta (SALF), ha decidido publicar como carta abierta su propuesta para instaurar controles periódicos y aleatorios de drogas a los miembros del Parlamento Europeo, después de que no se lograra ningún apoyo extraoficial dentro de la institución. La iniciativa, presentada como una medida de ejemplaridad y transparencia, ha sido rechazada de manera unánime por todos los grupos políticos.
De propuesta parlamentaria a carta abierta
Ante la falta de respaldo, la solicitud ha sido remitida como carta abierta a la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, exponiendo los motivos de la formación para impulsar la medida. En el texto, los firmantes argumentan que “la desafección ciudadana hacia los políticos exige medidas concretas que refuercen la confianza en las instituciones” y señalan que los controles de drogas son habituales en sectores como las fuerzas de seguridad, por lo que deberían implementarse también en el ámbito político.
La carta incluye propuestas como controles aleatorios bajo supervisión médica, confidencialidad de los resultados y la posibilidad de que los eurodiputados que lo deseen los publiquen de forma voluntaria. Sin embargo, la iniciativa no ha encontrado eco dentro del Parlamento, donde se ha calificado de “innecesaria” y “sensacionalista”.
Rechazo unánime y críticas generalizadas
Todos los eurodiputados españoles han rechazado también la propuesta, argumentando que supone una presunción de culpabilidad hacia los eurodiputados y no contribuye a reforzar la confianza en las instituciones. Fuentes parlamentarias aseguran que la falta de apoyos refleja la percepción de que la medida busca más generar polémica que resolver un problema real.
“Solo políticos drogadictos temen esta medida”
En respuesta a las críticas, Alvise Pérez declaró: “Solo políticos cocainómanos o drogadictos tendrían tanto miedo y rechazo a una propuesta de control de drogas similar al exigido en otras instituciones o entidades policiales, por ejemplo”. Estas palabras han provocado un nuevo aluvión de críticas hacia el eurodiputado, quien sigue defendiendo la necesidad de la medida como una cuestión de ejemplaridad y compromiso ético.
“Lo que pretende Alvise es dar la idea de que quien no presente la declaración voluntaria de drogas es un consumidor; es perverso y cambia la carga de prueba para que los políticos sean ya de antemano sospechosos de algo y que tuvieran que demostrar más que cualquier otro ciudadano”.