Son cerca de 70 los menores y jóvenes extranjeros identificados, principalmente brasileños, a cuyas familias ofertaron participar en competiciones deportivas oficiales, alojamiento, manutención, matrículas de estudios y realización de trámites para obtener permisos de residencia que nunca se obtenían, a cambio del pago de más de 5.000 euros, además de mensualidades de entre 1.500 y 1.700 euros por jugador
Agentes de la Policía Nacional han desarrollado, durante el primer trimestre del año, dos investigaciones paralelas e independientes sobre dos entramados delictivos creados por sendas escuelas-club de fútbol de categorías juveniles y senior para, presuntamente estafar a familiares de menores y jóvenes extranjeros, principalmente brasileños, con la falsa promesa de hacerles futbolistas profesionales de élite. Han sido once las personas detenidas junto con otras dos investigadas, como presuntos miembros de ambas organizaciones.
Alrededor de 70 familias de jugadores estafadas
Las investigaciones de las Operaciones Gol y Alevines las han realizado agentes de la Brigada de Extranjería y Fronteras quienes recibieron una denuncia de un jugador y su entrenador los cuales habían sido fichados en su país de origen por un club de fútbol ubicado en un pueblo del área metropolitana de Granada para jugar y participar en competiciones deportivas oficiales. La familia abonó los 5.000 euros requeridos por los responsables del club que incluían alojamiento, manutención, desplazamientos, seguro médico privado, y matrícula en un centro docente oficial para obtener la residencia legal por estudios en España, trámite del que se encargaría la abogada de la escuela-club. Tras varios meses de estancia, comprobaron que nada de lo acordado se cumplía y que los gastos exigidos iban aumentando cada mes.
Las primeras comprobaciones sobre el club-escuela evidenciaron la existencia de unos 30 jóvenes extranjeros de distintos orígenes, predominando los brasileños, de entre 16 y 23 años, a quienes alojaban en dos viviendas alquiladas por el club deportivo en un pueblo del área metropolitana de Granada. En paralelo, se apreciaron indicios de relación entre los responsables de este club-escuela con otro situado en otro municipio granadino, cuyos jugadores, unos 40, también mayoritariamente de Brasil, residían en una casa propiedad de los directivos. Además, por parte de responsables de ambos clubes se habían instado multitud de expedientes de regularización en la Oficina de Extranjeros de la ciudad que, de modo sistemático, siempre terminaban inadmitidos a trámite o denegados, ya que, en la práctica totalidad de los casos, la documentación presentada se encontraba incompleta o bien fuera de plazo.
Un dato coincidente entre los jugadores de ambas escuelas era que ninguno de ellos asistía a clases, pese a que en todos los expedientes de regularización se aportaban matrículas de centros docentes. Además, residían en las casas facilitadas por los clubes en condiciones de hacinamiento, con escasa comida y ninguno de ellos conseguía regularizar su residencia legal, solicitando cada mes entre 1.500 y 1.700 euros más a cada familiar, los cuales venían a sumarse a los 5.000 iniciales entregados. El engaño a las familias iba más allá, ya que informaban que no podían federarse y se ha comprobado que la federación andaluza de fútbol sólo exige un pasaporte en vigor para participar en competiciones oficiales a nivel provincial o autonómico.
El modus operandi empleado investigado consiste en captar en sus países de origen a jóvenes de entornos económicos acomodados, con destacadas habilidades como futbolistas, para venir a España con el gancho de ser futuros futbolistas profesionales, comenzando por jugar en equipos de categorías inferiores, juvenil o senior, con opciones de ser descubiertos y fichados por clubes mundialmente conocidos. No obstante, la presunta intención de los entramados delictivos era engañar a los jóvenes y sus familias para obtener elevadas cantidades económicas en un corto espacio de tiempo, simulando cargos sobreelevados asociados a su regularización, alojamiento y manutención. Las expectativas de ser futbolistas profesionales concluyen una vez que caducan los visados o periodos de estancia como turistas, o cuando la familia no puede asumir el alto coste económico exigido, tras lo que el joven regresa a su país o se queda en situación irregular en España, siendo sustituido por otro jugador captado de igual forma.
Finalmente, han sido 11 las personas detenidas junto con otras dos más que han sido investigadas, como presuntos integrantes de una trama criminal compuesta por tres eslabones. El primero de ellos estaría formado por los captadores, residentes o desplazados hasta los países de origen de los estafados para contactar con las familias acomodadas de jóvenes con condiciones deportivas, encargados también de facilitar la documentación a los extranjeros. El segundo eslabón integrado por los propietarios de centros docentes que certificaban falsamente la matriculación de los extranjeros para que pudieran obtener visados y facilitarles las condiciones de acceso en frontera. Y el tercero y más importante, compuesto por el equipo directivo, encargado de diseñar la estrategia, adquirir o alquilar las viviendas en las que alojarlos y simular trámites para estafar a las familias.