Pocos actos en nuestra ciudad llenan auditorios, y menos actos llenan auditorios si se tratan de temas sociales, pero la tarde del viernes fue uno de esos días de excepción, que hacen que el debate y la exposición de realidades sociales locales se pongan en la prioridad de un grupo numeroso.
la Facultad de Educación de la Universidad de Granada, Comisiones Obreras de Ceuta (CCOO) y el Grupo de Investigación HUM-840 ‘Conocimiento Abierto para la Acción Social’ consiguieron colgar el cartel de completo en la Agenda Cultural de CCOO, con una mesa redonda, bajo el nombre «Mena: en el Punto de Mira», en la que intervenían cuatro profesionales con gran experiencia y conocimientos que abordaron la realidad de los menores extranjeros no acompañados en nuestra ciudad.
Mohamed Faitah, educador social y miembro de varias ONG ha trabajado con los menores extranjeros no acompañados, ofreció una visión «desde el punto de vista de las Asociaciones»; la única mujer en la mesa, y jefa del Área de Menores de la Ciudad Autónoma, responsable de la tutela de estos menores, Antonia Palomo, puso la perspectiva más institucional sin olvidar la parte humana tanto de los menores como de «su maravilloso e implicado» equipo; Carlos Rontomé, doctor en CC. Políticas y Sociología, profesor de Universidad y vicesecretario General del Partido Popular de Ceuta, hizo una concisa y clara exposición desde una perspectiva «más macro», sobre las causas (en origen) de la llegada de menores a Ceuta y las posibles soluciones; por último, intervino Juan Luis Aróstegui, profesor de instituto, secretario general de CCOO y diputado de Caballas, quien tras las exposiciones de sus compañeros y compañera de mesa, hizo una análisis apelando a la conciencia social y colectiva.
El debate, que se alargó más de dos horas, fue intenso y productivo y nadie se levantaba de su sitio porque los argumentos allí expuestos y la realidad explicada desde tan diferentes ópticas mantenían a los presentes con ganas de participar y seguir aprendiendo.
Poco personal, centros masificados y prácticas que vulneran los derechos humanos
Faitah, el primero en intervenir hizo una crítica importante a la inversión en recursos humanos, «no se invierte suficiente, las plantillas son cortas y este no es un fenómeno nuevo y no va a reducirse, si no lo contrario, las administraciones deben estar preparadas para dar respuesta» y señaló que los protocolos deben cambiar para adaptarse a las realidades de «estos chavales», «¿cómo se atiende a esos chavales, si (los protocolos) no se adaptan a sus perfiles y sus necesidades, (los centros) están masificados y las plantillas son escasas y no pueden hacer protocolos individualizados?».
Desde su perspectiva activista, Faitah denunció que «se debe terminar con las devoluciones en caliente o express, porque puede haber menores y se realizan estos procedimientos sin cumplir los protocolos, vulneramos los DDHH porque puede haber solicitantes de asilo y refugiados«.
Faitah aprovechó para volver a plantear las críticas que hacen las ONG a los procedimientos de reconocimientos para determinar la edad ya que, «son prácticas que vulneran los Derechos Humanos, que pueden fallar y señalar que algunos menores no lo son y a la inversa, radiografías de muñecas, clavículas… el desnudo integral va contra los DDHH» y además añadió que «es importante destacar que el menor no cuenta con abogado y no puede recurrir si estas pruebas están equivocadas«.
Para terminar, Faitah planteó la necesidad de un cambio en los protocolos, bajo la premisa de la importancia de dar a «estos chavales» una salida regular una vez cumplan los 18 años «todos los expertos deben tomar cartas en el asunto y debe haber una modificación en los permisos de trabajo, hay que darles tiempo para que puedan hacer su vida, construir un futuro y aportar a la sociedad de acogida».
El sistema de protección y atención ceutí está colapsado
Por su parte, Antonia Palomo, además de plantear su exposición, aprovechó para rebatir, apoyar y comenzar el debate a lo señalado por Faitah «es un fenómeno muy complejo y difícil de entender«, comenzó Palomo, quien advertía que desde la asunción de competencias por parte de las CCAA el problema no había parado de crecer. Palomo apoyó la tesis de Faitah «las pruebas de determinación edad no son reales, son un estudio global donde el médico forense de la Ciudad hace un estudio muy completo, pero que puede fallar», por eso apuntaba la Directora del Área de Menores, «hay que hacerles entender que no tienen que esconder su documentación«.
La directora del Área de Menores advirtió que «Ceuta no tiene capacidad de acogida, Ceuta no puede atender en perfectas condiciones, no es que no queramos, es que no podemos«, y apuntó que según los protocolos, Ceuta debería contar con 17 centros de acogida para estos menores con una capacidad de 24 plazas cada uno, y volvió a remarcar que no es que no haya voluntad institucional de hacerse cargo del problema creciente, si no que «no se puede, no hay terreno«.
Palomo explicó los problemas a los que se enfrentan estos menores no acompañados «explotación laboral, explotación sexual, tráfico de órganos, desvalimiento, drogadicción y separación de sus familias» por el mero hecho de ser «pobres» advirtió la Directora de Menores, quien responde a Faitah que «no es cuestión de cambiar el protocolo, hay que crear un sistema de protección supranacional de cuidado infantil«.
Otra de las propuestas que hizo Palomo es «cambiar el modelo de atención«, la migración de los menores no acompañados «tiene un componente socioeconómico» y es que según el análisis de la Directora de Menores, «es necesario que Marruecos se preocupe por los niños y gente joven de su país» para evitar así el éxodo que se está produciendo.
La responsable de menores, advirtió también que es necesario que haya un «plan de contingencia de niños en Ceuta y Melilla, porque si vienen 100 niños a la vez, no podemos atenderlos. El sistema de protección esta colapsado, Ceuta no tiene capacidad de acoger a 300 MENAS sólo tiene capacidad de 50 a 60 niños».
Un problema importado desde Marruecos
Tras las presentaciones de Palomo y Faitah, abarcando los ámbitos de intervención e institucional, Rontomé propuso hacer un análisis «más macro», para ver el problema a nivel general con un análisis minucioso de los problemas de estos niños en origen «no sólo la pobreza es importante (para migrar), si no una ruptura de las estructuras familiares generalizada, muchos de los niños que son empujados fuera de sus hogares no lo son por la pobreza, si no por una reestructuración de los hogares y abandonos, y en esta situación, Ceuta y Melilla son un lugar donde empujar esos niños fuera de sus familias«, el sociólogo señaló que es un problema de Marruecos, «un problema de la propia sociedad marroquí y de su Estado que es incapaz de dar solución a su problema y nos lo impone a los europeos a través de Andalucia, Ceuta y Melilla»,
Rontomé señaló que este es un «problema exportado, Marruecos no tiene ganas de solucionar estos problemas, porque su atención a la infancia es nula«.
El sociólogo, con una exposición muy centrada en el origen, algo fundamental para entender la problemática y buscar las soluciones, puso el foco en que es un «problema impuesto y que este va a seguir creciendo mientras existan estas diferencias económicas entre Europa y Marruecos» añadiendo que «la sociedad del bienestar es un polo de atracción mientras existan estas diferencias«.
Rontonmé al igual que Faitah y Palomo, señaló que es un problema complicado, «de diseño de políticas públicas con difícil solución porque intervienen muchos actores, son problemas retorcidos, como un muelle».
Para el doctor en CCPP y Sociología, las soluciones deben ir encaminadas a «acuerdos de colaboración con Marruecos, acuerdos con otras CCAA para crear nuevos marcos velando por los intereses de los menores, reagrupación familiar y acuerdos de repatriación» y señala que «una persona sola en un ambiente difícil para él a nivel legal, económico y sin soporte familiar, se convierte en un problema y van a suponer un problema para la sociedad de acogida«.
Un llamamiento a la rebelión colectiva para parar de estigmatizar a los menores
Arostegui, el último en hablar, quiso cerrar las exposiciones de la mesa con una llamada de atención a la moral «los menas en nuestra ciudad son un tema especialmente importante porque afecta de lleno al núcleo duro de la conciencia colectiva«, debemos resituarnos en tres planos de debate que se entremezclan, señaló el líder de Caballas, «el marco ético en el que nos movemos, los principios que defendemos y por qué los defendemos; las leyes y las instituciones democráticas que gestionan las leyes, estas dos ultimas, cosas parecidas pero que no lo son».
Arostegui aprovechó para rebatir a Palomo en cuanto al colapso, «estamos colapsados en la sanidad (100 días de espera para una operación), en las aulas de los colegios con la ratio por encima de lo que marca la ley… ¡vivimos colapsados! pero sólo nos centramos en los MENAS«.
El portavoz de Caballas exponía en tono irónico, «el MENA es una especie humana, es un delincuente que vive para amargar la vida y es necesario evacuar cuanto antes porque nos genera inseguridad, pero, ¿esta inseguridad está sustentada en la realidad?» se preguntaba, a lo que el sólo se respondía que lo que hay que ver es el índice de delincuencia real de estas personas, recordando que el caso de delincuencia callejera más grave que recuerda fue cuando un militar pegó dos tiros en la barriga a un chaval y volvía a preguntar retóricamente, «¿los militares generan inseguridad? no, fue un hecho aislado, pero si un crimen se comete por un MENA, creamos una categoría… y todos los MENAS son asesinos».
El discurso de Aróstegui, cargado de preguntas hizo un intento, no en vano, de remover las conciencias de quienes allí estaban presentes, intentando hacer que todas sus preguntas consiguieran calar en el imaginario colectivo para intentar eliminar las categorías que estereotipan a los colectivos.
«¿Qué nos esta pasando?», preguntaba Aróstegui, «¿cómo vamos a exigir políticas públicas si la conciencia social y colectiva renuncia a uno de los principios democráticos y de conciencia mas básicos que es la protección del menor?» se preguntaba, y continuaba señalando que «nuestra ley está inspirada en directrices internacionales, la protección del menor por encima de todo, el apoyo y protección por encima de cualquier circunstancia«, tras las pausas lógicas de quien pregunta para que quien escucha piense, continuaba «a esos menores no hay que echarlos, hay que darles cama y cuidados» y desde el público, tras tantas preguntas lanzadas al aire, una voz le contesta «es cada vez hay más», a lo que Aróstegui responde «si, como la vida misma, pero son menores, y eso debe prevalecer, estamos desbordados porque queremos, no porque no podamos».
Tras albar la profesionalidad del Área de Menores, de Cruz Roja y Digmun, critica lo político, «no hay convicción real, ni una política real y necesaria para la ciudad, acorde con las leyes» y de esta manera, señala el profesor, «pasamos de tener un fenómeno a tener un problema«, por eso finaliza su exposición llamando a «la rebelión contra la deriva que toman las cosas, no podemos ser indiferentes ante esta ola que desmonta la democracia y los principios básicos de la misma», haciendo alusión a la ola internacional de extremaderecha, poniendo los ejemplos de las políticas migratorias de Trump.