Hace un año, el presidente Pedro Sánchez prometió la construcción de 184.000 viviendas, una iniciativa que despertó expectativas entre miles de españoles. Sin embargo, en 2023, la Administración Central apenas destinó 171 millones de euros a este objetivo, lo que representa un escaso 0,025% del gasto total del Estado, generando críticas por lo que muchos consideran una promesa incumplida.
En 2022, Pedro Sánchez anunciaba con entusiasmo la construcción de 184.000 viviendas para paliar la crisis habitacional que afecta a numerosos españoles. La promesa se presentó como una solución ambiciosa a uno de los problemas más acuciantes del país. Sin embargo, un año después, la realidad parece estar lejos de lo prometido.
Según datos oficiales, solo 171 millones de euros fueron asignados por la Administración Central a programas relacionados con la vivienda en 2023. Este monto representa apenas un 0,025% del gasto total del Estado, una cifra que ha sido calificada como irrisoria por expertos y colectivos sociales.
El escaso presupuesto destinado ha provocado indignación en diferentes sectores. «Es una burla para todos los españoles que confiaron en que se tomarían medidas serias para mejorar el acceso a la vivienda», señaló un portavoz de una organización de defensa del derecho a la vivienda. Las críticas se centran en la desconexión entre las promesas gubernamentales y las acciones efectivas, dejando a miles de ciudadanos sin soluciones reales en el corto plazo.
La inversión anunciada contrasta fuertemente con la magnitud del problema de la vivienda en España. Los precios del alquiler y la compra han seguido aumentando en muchas ciudades, y el acceso a viviendas asequibles continúa siendo un desafío significativo para jóvenes y familias de ingresos medios y bajos.
Desde la oposición, las críticas no han tardado en llegar. «Pedro Sánchez ha jugado con la esperanza de la gente. No se puede prometer algo tan vital como la vivienda y luego destinar un porcentaje tan bajo del presupuesto a este fin», declaró un representante del partido opositor, subrayando la necesidad de revisar las políticas públicas para abordar el déficit habitacional con mayor seriedad.
El Gobierno, por su parte, ha defendido las acciones emprendidas, argumentando que los 171 millones de euros representan solo una parte del esfuerzo total en políticas de vivienda y que se están explorando otras vías de financiación, como colaboraciones público-privadas, para alcanzar los objetivos propuestos.
A pesar de estas explicaciones, la percepción de que las promesas de 2022 fueron en gran parte vacías persiste. La desconexión entre lo prometido y lo ejecutado ha generado un clima de escepticismo sobre la capacidad del Gobierno para cumplir con sus compromisos en temas sociales críticos.