Sumud es una palabra árabe que significa firmeza y perseverancia. Para los palestinos, representa no solo la idea de permanecer en su tierra, sino también la de resistir ante las adversidades. Esta resistencia se simboliza a menudo con la figura de una madre campesina o con el olivo. Como explica Ghassam Olyan, ‘en árabe decimos que los olivos son los cimientos de la casa’, reflejando el profundo valor que los olivares tienen para las familias palestinas.
Ghassam, un agricultor de Battir, una aldea cercana a Belén declarada patrimonio de la humanidad, cultiva más de doscientos olivos. Su familia posee más de mil. ‘Somos agricultores por defecto’, comenta Ghassam, quien continúa la tradición familiar de trabajar la tierra, algo tan natural para él como respirar.
Resistencia frente a los ataques israelíes
La recolección de aceitunas se ha convertido en una tarea peligrosa y a menudo infructuosa. Los agricultores palestinos enfrentan múltiples obstáculos antes de poder acceder a sus tierras o llevar sus productos al mercado. En Battir, la violencia de los colonos ha hecho que la cosecha sea especialmente arriesgada.
Hace poco, Ghassam fue confrontado por colonos armados mientras trabajaba en sus tierras. Le dijeron que regresara a Arabia Saudí, negando su derecho a estar en su propia tierra. A pesar de ser empujado y golpeado, Ghassam mantiene su firmeza: ‘Esta es nuestra tierra, tenemos que sobrevivir. Tenemos que resistir’.
Los activistas, como Eszter Koranyi de la ONG israelí Combatientes por la Paz, apoyan a las comunidades palestinas en áreas controladas por Israel, intentando minimizar las agresiones de los colonos. ‘Es nuestra forma de cambiar la ocupación o, incluso, acabar con ella’, explica Eszter.
Incidentes y agresiones crecientes
Durante la primera semana de noviembre, la OCHA reportó 177 incidentes relacionados con la cosecha de aceitunas en propiedades palestinas, resultando en más de 60 palestinos heridos. En Battir, Hiba y sus hijos fueron amenazados por colonos, quienes les impidieron trabajar en sus tierras.
El gobierno de Israel ha iniciado trámites para legalizar nuevos asentamientos, interrumpiendo la continuidad territorial entre aldeas palestinas. Esto ha intensificado las tensiones y la violencia en la región.
Un llamado a la paz
Nami, una activista norteamericana, llegó a Jerusalén poco antes del ataque de Hamás del 7 de octubre. Desde entonces, ha trabajado para conectar con los palestinos y contribuir a la paz. ‘Estoy feliz por haber sido capaz de conectar con los palestinos y hacer algo que esté, aunque sea remotamente, conectado con lo que tiene que ver con la paz’, comenta.
A pesar de los desafíos, la jornada en los olivares de Ghassam fue tranquila, gracias a la presencia de activistas y la determinación de los agricultores. La resistencia de los olivareros palestinos sigue siendo un poderoso testimonio de su conexión con la tierra y su deseo de vivir en paz.