Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la sanidad universal significa que todas las personas tienen acceso sin discriminación alguna, a servicios de salud integrales de calidad, cuando y donde lo necesitan, sin enfrentarlas a dificultades financieras.
La verdadera esencia de la sanidad debería ser la búsqueda de la dignidad humana, apoyándose en una actuación holística de la persona y del trato hacia el ser humano. Las carencias preocupantes de médicos especialistas ponen en peligro la calidad asistencial, el reconocimiento de la formación continuada y la precariedad laboral, todo un cúmulo de incidencias que hace zozobrar el sistema sanitario de esta ciudad.
A todo esto hay que añadir las importantes carencias en recursos tecnológicos y de infraestructuras que ponen en entredicho la credibilidad del sistema público de salud, donde la insuficiencia de recursos y profesionales especialistas en medicina convierten a los usuarios en ciudadanos de segunda categoría. Por ello debemos plantearnos si el INGESA es capaz de resolver los grandes problemas de sanidad que padece Ceuta, ya que es incapaz de evitar el deterioro de la calidad asistencial que se produce de manera progresiva y que se está viendo agravada desde el inicio de esta pandemia.
Ceuta tiene un grave problema a nivel sanitario que el INGESA no quiere reconocer, pero esto repercute directamente sobre los ciudadanos, ya que la atención que reciben deja mucho que desear. Se está jugando con la salud de los ceutíes. Al no haber suficientes especialistas, no reciben un servicio de calidad, sino todo lo contrario. Acabar en la UCI del Hospital de Ceuta, significa en muchas ocasiones, la muerte. Los pocos médicos existentes no pueden desarrollar su trabajo eficientemente porque los medios son muy escasos. Se ha dicho de todas maneras que esta ciudad sea declarada como área de difícil desempeño médico y cobertura para que haya médicos que quieran venir hasta aquí, pero no se hace nada.
No hay suficiente personal cualificado. Los ciudadanos están vendidos. Pobre de ti si caes enfermo. Piden un certificado covid para acceder a ver a un familiar y si no lo tienes no puedes verlo, pero sin embargo dejan pasar al que lo tiene en su poder, sin más pruebas tipo test de antígenos o una PCR, siendo positivo, sin apenas síntomas, extendiendo el virus por todos lados, hasta llegar a la habitación de un enfermo inmunodeprimido, cuyo diagnóstico dicho por uno de los facultativos es: “su madre tiene coronavirus, así que no sabemos si saldrá adelante. Todo apunta a que alguna visita se lo ha transmitido”.
Ahora me pregunto qué debo hacer. Denuncio o callo. Creo que haré lo primero porque ya basta de mirar hacia otro lado y ya basta el callar y bajar la cabeza. La gente entra con un diagnóstico leve y allí empeora. Sé porqué ocurre. Todo el mundo lo sabe pero no sabe qué hacer. La gente reza por no caer en este hospital del horror, el hospital muerte, porque la gente muere cuando a priori, se trataba de una intervención sencilla. Sé que en medicina dos más dos no son cuatro, pero también sé que los errores se tapan con tierra.
Creo que el pueblo ceutí no se merece una sanidad tercermundista, creo que toda la gente debe tirarse a la calle y exigir de forma pacífica médicos especialistas que los atiendan y para ello se les debe incentivar adecuadamente para que vayan hasta Ceuta y que no se quieran marchar.