Todas las personas han sido cuidadas alguna vez y todas necesitan cuidados a lo largo de sus vidas. Sin embargo, este trabajo recae mayormente en mujeres y niñas limitando su autonomía. Transitar hacia la sociedad del cuidado como horizonte para una recuperación sostenible con igualdad de género será el tema de la Conferencia
En América Latina y el Caribe, las mujeres dedican más del doble de tiempo al trabajo doméstico y de cuidados no remunerados que los hombres. Esta distribución de roles es producto de la división sexual del trabajo, basada en la reproducción de estereotipos que afectan la vida de mujeres y niñas. Como contracara de la distribución de los cuidados en los hogares, las mujeres tienen menos tiempo y oportunidades para participar del mercado laboral, para educarse, para participar en política y para el ejercicio de otros derechos en igualdad de condiciones.
Estos obstáculos a la autonomía de las mujeres, es decir, a que puedan contar con la capacidad y con condiciones concretas para tomar libremente las decisiones que afectan sus vidas, se profundizó con la pandemia. El aislamiento y el traslado de la educación y los cuidados al ámbito de los hogares produjeron para ellas una sobrecarga de tareas de cuidados que sumó a la pérdida masiva de empleo. Si bien en 2021 hubo una recuperación, esta ha sido desigual y no logró cerrar la brecha de género: 1 de cada 2 mujeres aún está fuera de la fuerza de trabajo mientras que, en el caso de los hombres, la proporción es de 1 de cada 4.
Los países que han medido la contribución del trabajo doméstico y de cuidados no remunerados a la economía, han encontrado que representaría entre el 15,9% y el 27,6% del Producto Interno Bruto (PIB). El 70% de ese aporte lo realizan las mujeres.
La injusta distribución sexual del trabajo también ubica a las mujeres como cuidadoras en servicios remunerados provistos por el Estado o el mercado. En salud, educación y trabajo doméstico, la mayoría de las trabajadoras son mujeres. Sin embargo, en salud y educación existen marcadas brechas salariales respecto a lo que perciben los hombres que participan en el mismo sector. En el caso de las trabajadoras domésticas, donde se emplea alrededor del 10% de las mujeres ocupadas, los salarios son más bajos que en otros sectores, y el 73% trabaja en la e sin cobertura previsional.
La solución posible
La desigualdad estructural que afecta a mujeres y niñas de la región necesita ser revertida. Es urgente transitar hacia un estilo de desarrollo que no deje a nadie afuera. Desde la CEPAL hacemos un llamado a transitar hacia la sociedad del cuidado, una organización societal que pone en el centro la sostenibilidad de la vida, que protege al planeta y que garantiza los derechos de quienes requieren cuidados, de quienes cuidan y también considera el autocuidado y el intercuidado. La sociedad del cuidado contrarresta la precarización de los empleos de cuidados y visibiliza los efectos multiplicadores de la economía del cuidado: no sólo produce más bienestar, sino que permite una recuperación transformadora con igualdad y sostenibilidad.
Del 7 al 11 de noviembre próximo los Gobiernos de la región junto a organizaciones de la sociedad civil nos reuniremos en Argentina en la XV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe. Allí conversaremos y aportaremos soluciones para transitar hacia “La sociedad del cuidado como horizonte para una recuperación sostenible con igualdad de género”. Esperamos que puedan acompañarnos.