La reciente iniciativa del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de contactar directamente con Vladímir Putin para discutir un posible acuerdo de paz en Ucrania sin la participación de la Unión Europea ha generado una profunda preocupación en Bruselas. Los líderes europeos temen que Washington llegue a un pacto a sus espaldas, debilitando su influencia en la resolución del conflicto.
Durante la reunión de ministros de Defensa de la OTAN en Bruselas, la alta representante de Exteriores de la UE, Kaja Kallas, expresó su inquietud sobre las acciones unilaterales de Trump. «Cualquier acuerdo sin nosotros fracasará, porque Europa y Ucrania también deben aplicarlo», advirtió Kallas. Además, criticó las concesiones prematuras del mandatario estadounidense a Rusia antes incluso de comenzar las negociaciones. «Es apaciguamiento, y nunca ha funcionado», sentenció.
El ministro de Defensa de Alemania, Boris Pistorius, y el canciller Olaf Scholz también manifestaron su descontento, alertando sobre los riesgos de una «paz dictada» que favorezca a Moscú. En la misma línea, la ministra de Defensa española, Margarita Robles, subrayó que no se puede permitir que Rusia interprete la negociación como una victoria.
Preocupación por el futuro de la seguridad europea
La posibilidad de que EE.UU. cierre un acuerdo sin consultar a sus aliados europeos supone un duro golpe para la estrategia comunitaria, que ha estado basada en el apoyo incondicional a Ucrania. La llegada del nuevo secretario de Defensa de EE.UU., Pete Hegseth, no ha servido para calmar los ánimos. En declaraciones a la prensa, Hegseth justificó la postura de Washington argumentando que reconocer la imposibilidad de que Ucrania recupere sus fronteras previas a 2014 no es una «traición», sino una muestra de «realismo» sobre la situación en el terreno. «Es la prerrogativa del presidente Trump como líder del mundo libre», afirmó.
Mientras tanto, en la OTAN persisten las diferencias internas. El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, se desmarcó de la postura general de la UE y sugirió que Europa debe ganarse su lugar en la mesa de negociaciones «con liderazgo, fuerza y diplomacia inteligente».
EE.UU. exige mayor gasto militar a Europa
Más allá del conflicto en Ucrania, la nueva administración estadounidense ha intensificado su presión sobre los aliados europeos para que aumenten su gasto en defensa. «No se equivoquen, el presidente Trump no permitirá que nadie convierta al Tío Sam en el ‘Tío Bobo’ (Uncle Sucker)», advirtió Hegseth, exigiendo que los socios europeos de la OTAN eleven su inversión militar al 5% del PIB. Bajo el lema «Hacer la OTAN grande de nuevo», Washington busca que Europa asuma un papel más activo en su propia defensa, mientras EE.UU. concentra su estrategia en la región del Indo-Pacífico.
Con la incertidumbre sobre el rumbo de las negociaciones y la postura de EE.UU., la UE se enfrenta a un escenario en el que podría quedar relegada en la resolución de un conflicto que ha marcado la política europea en los últimos años. La posibilidad de una paz negociada sin su participación genera un clima de tensión en Bruselas, donde los líderes comunitarios buscan asegurar su papel en cualquier acuerdo que determine el futuro de Ucrania y la estabilidad en la región.