Una presa ha colapsado en el embalse del Infierno, se ha producido una riada y una inundación. En el transcurso del desbordamiento se han ido arrastrando por el barranco todo tipo de materiales y vegetación, así como un par de vehículos. hay tres víctimas. En uno de los coches un matrimonio, uno de ellos está consciente y el otro inconsciente; en el otro coche una víctima que el equipo facultativo y médico ha certificado que se encuentra fallecida.
Este era el escenario de este segundo día de simulacro que está realizando la Unidad Militar de Emergencias en colaboración con la Ciudad Autónoma de Ceuta y en el que participan además miembros de la Delegación del Gobierno y la Comandancia General de Ceuta.
Hablamos con el teniente Antonio Andrés Moya, perteneciente al segundo batallón de intervención en emergencias de la Unidad Militar de Emergencias al cargo de la sección 213 y en este ejercicio está liderando el equipo de Búsqueda y Rescate Urbano (USAR por sus siglas en inglés).
Antes de nada hay que asegurar los vehículos «para que no se produzca ningún desplazamiento sobre ellos y no se los pueda llevar la riada».
Una vez se han asegurado al terreno por varios puntos, el teniente al mando nos explica que antes de la intervención hay que realizar un análisis del agua, «para certificar si contiene alguna sustancia que pueda perjudicar a alguno de los intervinientes y de ese modo dimensionar cómo haríamos la extracción de las víctimas de los vehículos».
De esto se encarga el Regimiento de Apoyo e Intervención en Emergencias (RAIEM) especialista en NRBQ (nuclear, radiológico, bacteriológico y químico) que ha venido desde Madrid y que «nos apoyan en esta detección y análisis de la contaminación del agua». Dentro del ejercicio, también de ese mismo regimiento de Madrid, ha venido un equipo de descontaminación operativa, «son los encargados de descontaminar a los intervinientes que pudieran ser contaminados en el caso de que el agua así lo estuviera». También un equipo del batallón de transmisiones que ha venido con un dron multi-rol y otro de interior para obtener imágenes y «estar más seguros de lo que hacemos antes de hacerlo».
Una vez preparado el equipo, se tienen que poner el Equipo de Protección Individual (EPI), y en aproximadamente 15 minutos tendrían el análisis del agua, son «equipos de detección muy específicos y nos dan una lectura de forma prácticamente inmediata, pueden analizar el producto, ya sea gaseoso, liquido o solido».
«No obstante, hemos traído un equipo de descontaminación, por si hubiese algún tipo de contacto con el agua en el supuesto de que esté contaminada, y hubiera que descontaminar a los intervinientes para una vez que abandonen la zona de la emergencia lo hagan de una forma limpia y segura».
Y es que, en el supuesto de que el agua estuviese contaminada, el rescate se complicaría, «la seguridad prima ante todo y para garantizarla habría que acceder a los vehículos con embarcaciones, si no lo está podemos acceder directamente por el agua, pero si esta contaminada hay que evitar el contacto con el agua, retrasando el rescate, siempre hay que poner en una balanza la seguridad y la rapidez, cuando hay una víctima viva no sabemos hasta que punto alcanzan las lesiones que tiene y tenemos que sacarlos de ahí lo más rápido posible, pero lo más seguro posible también, porque si nosotros sufrimos algún tipo de incidente generaríamos una emergencia dentro de la emergencia y eso es algo que no nos podemos permitir».
En este punto del embalse hay al rededor de 40 personas para el rescate de estas tres víctimas, una sección de intervención que ha solicitado apoyo al equipo medio USAR que es el que lidera el teniente Andrés Moya, «somos especialistas en rescate urbano, y hemos venido con nuestro material para apoyarles en lo que sería el rescate, extracción y posterior estabilización de las víctimas que se encuentran en el interior de los vehículos».
A lo largo de toda la jornada de este miércoles se han llevando a cabo, en distintas ubicaciones de la ciudad, ejercicios del simulacro multirriesgo bajo supuesto de riesgo sísmico e inundaciones y encuadrado en el convenio bienal que la Consejería de Presidencia y Gobernación tiene suscrito con la Unidad Militar de Emergencias y con el que se pretende consolidar la integración de todas las capacidades del sistema de Protección Civil y Emergencias local, autonómico y estatal.
El consejero de Presidencia y Gobernación, Alberto Gaitán, valoraba en la mañana del miércoles, junto al jefe del Estado Mayor de la Unidad Militar de Emergencias (UME), el coronel Pedro Aneiros, el desarrollo del simulacro multirriesgo de manera muy positiva.