Marruecos ha publicado en su Boletín Oficial el decreto para autorizar la creación de una empresa filial para gestionar la llamada «Zona de actividad económica» que se está construyendo cerca de la frontera con Ceuta, en la localidad de Fnideq (Castillejos). El país vecino sigue apostando por un cambio de modelo productivo tras poner fin a décadas de «comercio atípico»
Marruecos anunció el pasado mes de febrero, poco después de poner punto y final al contrabando de productos procedentes de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla -que a este lado de la frontera preferíamos llamar «comercio atípico«-, que iba a construir una «zona franca comercial» y a reindustrializar la zona norte del país para paliar, precisamente, los efectos negativos del fin del porteo.
Así, se diseñó un ambicioso proyecto que pasaba por crear y mejorar caminos y carreteras; mejorar los sistemas de saneamiento de varias zonas, así como el tendido eléctrico; y ahora podrían sumarse nuevas propuestas enfocadas a la prevención de la transmisión de la COVID-19. Además, según avanzaron varios medios marroquíes en su momento, “la prioridad de inclusión en el trabajo será para los habitantes de la región que se ven afectados por el cierre de la puerta del contrabando”.
La inversión inicial se fijó en 91,5 millones de dirhams (casi 9 millones de euros). Sin embargo, según recoge el Boletín Oficial del país vecino, la inversión total será finalmente de 200 millones de dirhams (unos 18 millones de euros).