Los y las trabajadoras transfronterizas advierten que no aguantan más e imploran una solución para evitar una «tragedia». Llevan meses manifestándose por su bloqueo en la ciudad desde el cierre de la frontera en marzo del 2020 y aseguran que están «muy mal» y que necesitan «atención psicológica»
«Necesitamos atención psicológica porque ya no podemos más, hablo por mí y por mis compañeros. Pedimos una solución antes de que suceda una tragedia y después van a lamentarlo», insistía esta mañana portavoz de las trabajadoras transfronterizas, Rachida Jraifi. Decenas de personas llevan meses concentrándose a las puertas de la Delegación del Gobierno en Ceuta para reclamar su derecho a la libre circulación, así como el cumplimiento de la Ley de Extranjería en materia laboral, pero su situación es cada vez peor y este lunes lo han demostrado a través de sus lágrimas de desesperación.
Estas personas apelan a la sensibilidad y a los derechos humanos, destacando que al igual que se ha buscado solución para las trabajadoras de las fresas, los menores migrantes o los solicitantes de asilo, se busque una para ellos. «Nos están dando la espalda. ¿Por qué? ¿Qué hemos hecho? ¿Somos criminales», se preguntaba Jraifi, que señala que algunos empleadores son los único que les están «echando una mano» pero que no reciben ayuda, respuestas ni soluciones por parte de los gobiernos ni ningún responsable.
En los meses que llevan movilizándose los y las trabajadoras transfronterizas han contactado y mantenido reuniones con Delegación del Gobierno, con el SEPE, con responsables de la Ciudad y diputados de la Asamblea de Ceuta, además, asociaciones y organizaciones nacionales han mostrado su apoyo y hasta organizado una caravana feminista reclamando que las mujeres y empleadas del hogar son las más afectadas por la situación.
Durante la concentración de esta mañana, en la que han gritado fuerte y alto «libertad» y «somos humanos, no somos esclavos», al tiempo que muchos mostraban su desesperación con lágrimas. «No me salen las palabras, no puedo decir nada más que estamos hartos y tenemos derechos«, gritaba Samia, otra de las trabajadoras del hogar transfronteriza que lleva más de 20 años trabajando en Ceuta y que no ha visto a algunos de sus hijos que se encuentran en Marruecos desde marzo del 2020.
«¡Pedimos una solución ya!», voceaba otra trabajadora. Cabe recordar que entre sus principales demandas, que entregaron en una carta y trasladaron en la reunión con la delegada del Gobierno, Salvadora Mateos, está la de obtener un permiso de residencia por arraigo a los llevan más de 10 años trabajando en la ciudad o modificar la ley para que puedan recibir prestaciones por estar cotizando en la seguridad social española. También, piden garantizar su derecho al tránsito diario por la frontera (ida y vuelta) cuando se produzca la reapertura, expidiendo a tal efecto un documento acreditativo de su condición.
Además, la mayoría tiene su documentación caducada y se encuentra frente a la problemática de que cuando se abra el paso fronterizo y puedan salir no les dejen entrar de nuevo. Piden que España llegue a un acuerdo con el país vecino y se reconozcan sus derechos, destacando que esto es «una cuestión humanitaria«.