Un estudio de SEO/BirdLife recoge que estas líneas en las rutas migratorias son una de las causas de mortalidad de gran número de especies que realizan su migración. Ceuta se encuentra en una de esas rutas por lo que puede considerarse un punto negro en las estadísticas
La colisión de aves contra líneas eléctricas supone una de las principales causas de mortalidad de un buen número de especies de aves, y constituye una de las principales causas de mortalidad de origen antrópico en términos cuantitativos, según el estudio que está llevando a cabo SEO/BirdLife ‘Identificación y mitigación de la colisión con líneas eléctricas’ a través de las rutas migratorias de las aves en España, se ha realizado un análisis titulado Identificación de puntos negros y zonas sensibles en las principales rutas de vuelo de aves en España, financiado por la Fundación MAVA y BirdLife International.
Ceuta se encuentra en el paso de esas rutas migratorias de aves que se dirigen hacia África y Europa en función de la época del año por lo que también se puede considerar un punto negro y zona donde se produce una elevada tasa de mortalidad de las distintas especies que cruzan el Estrecho en su migración.
Para poder realizar una estimación del impacto que causa la mortalidad por colisión en líneas eléctricas sobre las poblaciones de aves, el ensayo incluye una recopilación de la información disponible sobre las colisiones de aves en España, deduciendo que los datos son muy «preocupantes» ya que al menos unos cinco millones de aves podrían morir anualmente en España.
En otros países donde se han realizado estudios similares los datos son también muy alarmantes. En Holanda se ha estimado que las colisiones contra líneas eléctricas podrían causar la muerte de entre 500.000 y 1.000.000 de aves anualmente, y en los Estados Unidos, se estableció que las líneas eléctricas podrían estar matando decenas de millones de aves cada año. A nivel mundial, las colisiones con líneas eléctricas de transporte y de distribución podrían estar causando la muerte de alrededor de mil millones de aves al año en todo el mundo, según otros estudios.
El informe constata que se trata de un problema de conservación de «primera magnitud» que afecta a las poblaciones de algunas especies más propensas a sufrir este tipo de mortalidad, como grandes planeadoras, avutardas y sisones y en general a especies migratorias cuyas rutas están atravesadas por un gran número de cables. Por otra parte, este grave problema resulta especialmente preocupante en zonas concretas del territorio, ya que no se produce con la misma magnitud en España. La península ibérica constituye una de las áreas de dispersión y migración de aves más importantes de Europa, con el Estrecho de Gibraltar y el paso de los Pirineos como una de las rutas más frecuentadas del mundo en los pasos migratorios de las aves.