En el año 2005 el Gobierno de Jose Luis Rodríguez Zapatero instaló en las fronteras de Ceuta y Melilla las concertinas, unos alambres con cuchillas que hieren a quienes los tocan, en el año 2014 Pedro Sánchez, siendo secretario general del PSOE aseguró en una entrevista en Telecinco que «si hay un error que se hizo por parte de una administración socialista, la mejor manera de corregir el error no es persistir en él sino quitarlo», comprometiéndose así a retirar las concertinas si llegaba al Gobierno, «el PSOE se ha comprometido a quitar esas concertinas».
Sánchez se sumaba así a las críticas de las organizaciones pro Derechos Humanos y a la anterior defensora del pueblo, Soledad Becerril, quien en 2013 que señalaba que las concertinas eran una «una barbaridad» y nos podían «producir algún desgraciadísimo accidente» incidiendo en que «la aspiración a una vida mejor no va a cesar por altas que sean las alambradas».
Una vez el PSOE en el Gobierno, el pasado mes de diciembre, el Ministro socialista Fernando Grande-Marlaska, anunció lo que las cientos de ONG defensoras de los Derechos Humanos esperaban con impaciencia, que se retirarían las cuchillas de las vallas de Ceuta y Melilla.
La noticia fue bien recibida, según nos cuenta Ana Rosado, miembro del equipo investigador frontera sur del área de migraciones de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA), «recibimos la noticia con alegría, pensábamos que se iban a poner los Derechos Humanos como centro de las políticas migratorias españolas, pero después de los hechos ocurridos este verano, con las devoluciones de los 116 en Ceuta y los 55 de Melilla, empezamos a sospechar que de Derechos Humanos este nuevo gobierno tenía bien poco».
Marlaska no solo anunció que se retirarían las concertinas de las zonas de vallado «más vulnerable», si no que el Ministro señaló que se colocarían «nuevos medios, siempre más seguros, que garanticen la seguridad de las fronteras» pero «sin medios cruentos».
El pasado mes de octubre, la secretaria de Estado de Seguridad, Ana Botella, visitó Ceuta y avanzó que el Gobierno de Sánchez pondría en marcha un Plan global para modernizar las infraestructuras del perímetro fronterizo, señalando que primaría «la inversión en tecnología y modernización de todas las infraestructuras, además de dotar de medios a los agentes y de más efectivos”.
«El concepto de seguridad con humanidad inspira la decisión de este Gobierno, que anuncié nada más llegar al Ministerio, de reforzar la seguridad del sistema fronterizo de Ceuta y Melilla con elementos tecnológicos inteligentes que no resulten lesivos para las personas», afirmaba el ministro según informaba Eldiario.es a principios de año.
De esta manera, las concertinas desaparecerán de Ceuta y Melilla, pero se cuelan en Marruecos tal y como señala un artículo de El Mundo publicado ayer, donde se informaba de que fuentes del Ministerio de Interior de Marruecos le aseguraban que están creando un «cordón de seguridad» para que sea «imposible que los inmigrantes consigan saltar hasta Ceuta o Melilla», y apuntaba que «con el dinero de Europa estamos blindando nuestras fronteras».
El artículo, ilustrado por Sempere, colaborador de esta casa, muestra como “una nueva alambrada con concertinas y dos fosos para impedir que los inmigrantes ni siquiera rocen una valla de seis metros que empezó a construir el Tercio de la Legión en 1995” se están preparando al otro lado.
En las siguientes fotografías de Antonio Sempere, se observa el nuevo vallado marroquí con concertinas tras el vallado español.
“Las concertinas se han instalado para rodear los puestos de vigilancia con los que cuenta Marruecos a lo largo de la línea que le separa de Ceuta”
Informa el diario.es
Las reacciones del Gobierno no se dejaron esperar, por su parte, la Delegación de Gobierno en Ceuta respondía a este diario que sobre lo que hace otro país no tienen información, “ya que los terceros países son soberanos y pueden hacer lo que quieran en su territorio”, por su parte, según informa Eldiario.es, Interior ha aclarado que “las concertinas se han instalado para rodear los puestos de vigilancia con los que cuenta Marruecos a lo largo de la línea que le separa de Ceuta” y que las concertinas que se pueden ver en las fotografías «es una valla para proteger esos campamentos».
“Se siguen externalizando fronteras y cada vez se recrudecen más esas maneras de externalizar las fronteras y del control migratorio”
ANA ROSADO, MIEMBRO DE APDHA
La realidad es que a día de hoy, al otro lado de la valla, excavadoras, militares y concertinas toman sus puestos y la frontera sur se sigue blindando a las personas migrantes, “se siguen externalizando fronteras y cada vez se recrudecen más esas maneras de externalizar las fronteras y del control migratorio”, apunta Ana Rosado, “se viene denunciando desde hace tiempo, esa tendencia a invertir mucho dinero en el control de las fronteras y muy poco en revertir la desigualdad histórica” y apunta a que “Marruecos recibe órdenes y a cambio de dinero, hace lo que le piden, España es la que hace los acuerdos con Marruecos, y nosotros vemos con gran preocupación esa vulneración de derechos humanos que se dan con personas de origen subsaharianos y con los propios marroquíes”.
Desde las ONG’s que defienden los derechos humanos, siempre han defendido que Marruecos hace “el trabajo sucio de Europa” en la contención de migrantes de sur a norte, “Europa tiene ese discurso hipócrita, defiende los derechos humanos pero sigue haciendo acuerdos con países que no respetan los derechos humanos, esto no deja de ser una medida de presión hacia estos países, ya que a cambio de dinero Europa les pide que hagan un control migratorio y estos países necesitan ese dinero, por lo que aceptan”.
“Europa tiene ese discurso hipócrita, defiende los derechos humanos pero sigue haciendo acuerdos con países que no respetan los derechos humanos»
ANA ROSADO, MIEMBRO DE APDHA