El experto ha criticado las devoluciones de menores que se llevaron a cabo en Ceuta durante el mes de agosto, recordando que hay que estudiar cada caso y cumplir con la legalidad para repatriar a un menor de edad. Pablo Cariani ha hecho referencia a problemas anteriores en la actuación en Ceuta respecto a los menores extranjeros no acompañados, poniendo en relieve que las devoluciones nunca se han ejecutado, lo que aumenta la preocupación que generan las realizadas el pasado mes
«El caso de Ceuta ha sido un lamentable paso atrás porque las decisiones no se adoptaron guiadas por el respeto a los derechos de cada niño, sino por otros motivos de colaboración entre dos Estados«. Así ha hablado sobre las expulsiones de menores a Marruecos realizadas por el Gobierno de España durante el pasado mes de agosto y que actualmente están paralizadas por la justicia el miembro electo del Comité de la ONU para la Protección de los Derechos de los Trabajadores Migrantes y sus Familias y experto en migraciones, Pablo Ceriani, en una entrevista concedida a ‘elDiario.es’.
Ceriani ha criticado la actuación de España, que normalmente se encontraba en «el catálogo de buenas prácticas», cuando se expulso a 55 menores a Marruecos. El abogado y experto en la temática ha hecho referencia al pasado, cuando trabajó trabajó con UNICEF en Ceuta, Melilla y Andalucía para tratar la llegada de miles de niños a estas Autonomías. «Ya entonces advertimos de una serie de problemas serios, de deficiencias, en lo tocante a la atención, a la coordinación entre las autonomías y el Estado, a la preparación para contingencias con recursos de protección adecuados… Los niños quedaban en el sistema de protección y había que arreglar ciertas cosas: corresponsabilidad, transición a la mayoría de edad, permisos de residencia, recursos de acogida adecuados, más intérpretes y mediadores culturales… Se trataba de mejorar sustancialmente las políticas, pero no había prácticas de devolución con fines migratorios», afirma, señalando este como el principal motivo de que las recientes devoluciones hayan sido «tan preocupantes«.
Pablo Ceriani ha sido tajante en que la excepcionalidad no puede considerarse un argumento válido y ha apostado por protocolos de protección de la infancia coordinados entre todas las comunidades, el Estado y Europa. «El Comité de Derechos del Niño de la ONU ya dijo en 2018 que hace falta un mecanismo global, que las reglas de protección no pueden variar entre regiones, que un niño no puede estar hacinado en Ceuta o Canarias y con todas las condiciones en otra región», ha señalado.
Además, el miembro de la ONU ha recordado que tiene que examinarse cada caso de manera particular y que el retorno «no es la única opción». No obstante, el abogado no cierra la puerta a las repatriaciones, siempre y cuando cumplan con los derechos del menor. «La repatriación es posible si las evaluaciones se hacen con la mayor celeridad posible y las herramientas y principios adecuados. Sí es factible concluir que para determinados niños lo mejor sea regresar a su país, pero eso solo se puede saber con un procedimiento, lo que pretenden eludir quienes dicen que esto es muy ‘garantista’, ha explicado.