Nace la Red Estatal Libres de MGF y otras violencias machistas conformada por 19 organizaciones de todo el país. Su objetivo es contribuir a la erradicación de la mutilación genital femenina (MGF) y apoyar a las supervivientes
El 6 de febrero se conmemora el día internacional de tolerancia cero con la mutilación genital femenina. Pero 200 millones de mujeres en el mundo conviven con ella a diario, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud. Por ello, esta mañana en el centro de Madrid la Red Estatal ha querido estar presente para denunciar esta práctica mediante una pancarta y la lectura de su manifiesto. Además, la cantante y actriz Astrid Jones deleitó a quienes acudieron con su actuación. Poco después a unos metros activistas de Médicos del Mundo realizaron en la Puerta del Sol un flashmob contra esta práctica.
La gente que pasaba no dejaba de acercarse a ambos grupos con curiosidad. Preguntan, se interesan, ¿pero eso pasa en España? Resulta que sí. Al menos 18.000 mujeres y niñas en nuestro país están en riesgo de sufrirla. Muchas de ellas pueden verse sometidas a esta vejación cuando viajan a sus países de origen a manos de familiares o vecinos. Aunque la mutilación se cometa fuera de nuestras fronteras, en el caso de las menores, su familia se enfrenta un delito de lesiones con penas de seis a doce años de prisión y a la pérdida de la patria potestad. Para evitar estos casos, en Médicos del Mundo trabajan desde un doble enfoque. Por un lado, con la comunidad educativa y por otro con el personal sanitario. Hellen Namuli, activista de Médicos del Mundo, en declaraciones para AmecoPress nos habla del trabajo que realizan “vamos a colegios, hospitales, para que la gente sepa lo que es mutilación genital femenina porque mucha gente no lo sabe. También queremos que los médicos lo sepan y hablen con las madres cuando van a los hospitales para que sus hijas no lo sufran”. “En España tenemos la libertad de levantar nuestra voz, en nuestros países es difícil, la gente lo lleva muy en serio, como una cultura”.
La mutilación genital femenina no es una práctica que se limite al continente africano ni corresponde a ninguna religión, como comúnmente se cree. Es una violación de derechos humanos de la que no está excluida ninguna región en el mundo.
Pero las cosas están cambiando como señalaba Asha Ismail, activista y fundadora de Save the girls, save a generation, “hemos estado trabajando con mujeres que han cambiado de mentalidad. El primer año que estábamos aquí en Callao no se quería acercar ninguna mujer africana y hoy hay muchas; todas están aquí para rechazarlo y eso se consigue poco a poco. Es un trabajo lento, frustrante a veces”. Según datos de UNICEF, entre 2008 y 2018 más de 15.000 comunidades en 20 países habían abandonado las prácticas de mutilación genital femenina y cinco países habían aprobado leyes para perseguirla.