Han elaborado un documento sobre los efectos que ha tenido esta pandemia en la población y denuncian las limitaciones de los sistemas de protección para dar respuesta a las crecientes demandas de asistencia psicológica
Las organizaciones de la Psicología más vinculadas al ámbito sanitario han elaborado un documento sobre los efectos que ha tenido la pandemia del Covid-19 sobre la atención psicológica, así como sobre las líneas futuras de desarrollo de la psicología, tanto en el campo socio-sanitario como clínico asistencial
Según este documento, la actual pandemia del Covid-19 ha puesto de manifiesto las limitaciones de los sistemas de protección social y sanitario para dar respuesta a las crecientes demandas de asistencia psicológica de la población. «Se ha podido comprobar que tanto las autoridades estatales y autonómicas, como otras instituciones públicas y privadas, han visto la necesidad de la ayuda psicológica, que se ha solicitado, en buena parte, pero no de forma exclusiva, a las organizaciones colegiales de la Psicología». La organización colegial ha respondido atendiendo esta necesidad a múltiples niveles, ofreciendo, principalmente, servicios de primera ayuda profesional telefónica, pero también otros, como guías de autoayuda, dirigidos a la población general o a los grupos más vulnerables, asesoramiento a las administraciones en materia de recomendaciones de tipo psicológico en diferentes ámbitos o servicios de intervención breve psicoterapéutica dirigidos, sobre todo, a personal sanitario.
Las organizaciones de la Psicología señalan que la «ausencia de un plan para asegurar el funcionamiento de la red de atención de la salud psicológica en estas condiciones de fuerte alteración de la vida social ha sido un catalizador para la urgencia en la búsqueda de soluciones». Sin embargo, no pueden atribuirse todos los problemas encontrados a la situación de emergencia provocada por la epidemia, añaden. «La atención pública a los problemas de salud mental en nuestro país ya arrastraba múltiples carencias, que ahora se han mostrado con toda crudeza». Esta situación ya se ha denunciado con anterioridad, en múltiples ocasiones, «la tremenda escasez de psicólogos especialistas en las redes de salud mental, que impide el desarrollo de programas de atención psicológica convenientemente amplios y dotados». Asimismo, se viene insistiendo en que «apenas se ha avanzado en la implantación de la atención psicológica profesionalizada en Atención Primaria, o en los departamentos hospitalarios ajenos al ámbito de la Salud Mental».
A todas estas carencias, se suma la ausencia de una «regulación coherente» de la profesión sanitaria en Psicología, que «lastra» el desarrollo de iniciativas conjuntas de los profesionales de cara a una mejor organización de los servicios que pueden prestar a la población. «Hay una gran lentitud en el desarrollo de nuevas especialidades y en la implantación de la Psicología en sectores clave ajenos a las estructuras de Salud Mental, como Atención Primaria».
Insisten en que la crisis provocada por el Covid-19 ha puesto de relevancia la importancia de la «atención de las necesidades psicológicas en la planificación y organización de servicios profesionales dirigidos a atender a personas en situación de fragilidad, dependencia y/o vulnerabilidad, como lo serían las personas mayores».
«Resulta altamente probable que el empeoramiento de la salud psicológica, producido por la crisis social y sanitaria que vivimos, vayan a suponer una enorme prueba de esfuerzo para un sistema de salud mental escaso de recursos y con amplios márgenes de mejora en su gestión», añaden.