Durante estos días, estamos teniendo noticias sobre embestidas de vehículos todoterreno a vehículos de la Guardia Civil y de la Policía Nacional e incluso individuos haciendo uso de armas de fuego contra los Agentes, produciendo además lesiones de diversa índole, todo ello relacionado con el ilícito y multimillonario mundo del narcotráfico.
Estos hechos suelen acaecer en las zonas costeras de las provincias de Cádiz, Huelva, Málaga o, como se constató hace pocos días, en la Sierra de Cádiz, es decir, que Andalucía ha sido, es y seguirá siendo una de las grandes puertas de entrada de la droga. La cercanía con Marruecos lo hace posible.
Desde hace años, los Agentes piden, solicitan, suplican la acción del Gobierno para atajar este problema, habiendo obtenido como único resultado, que las embarcaciones de alta velocidad neumáticas y semirrígidas, tan comunes en el transporte de los fardos de droga, fueran prohibidas, pero ¿de qué puede servir esa prohibición, si al Servicio Marítimo de la Guardia Civil no se le dota de medios idénticos para alcanzar a los que continúan con el uso de ese tipo de embarcación?
Si al interrogante anterior le sumamos la continua falta de medios materiales y sobre todo de personal que sufren los que han de hacer frente a todos los delitos, nos encontramos con que no hemos logrado absolutamente nada.
Siempre se comenta en nuestro círculo: ¡HASTA QUE NO MATEN A ALGUNO DE NOSOTROS, NO HARÁN NADA! Pues nos equivocamos, ya que compañeros han perdido su vida, las autoridades poco han hecho y el narcotráfico continúa.
Los Guardias Civiles y Policías Nacionales, sentimos una desprotección continua y un abandono constante por parte del Gobierno de turno y no solo nosotros, Policías Locales, Policías Autonómicas, Funcionarios de Prisiones y Fuerzas Armadas, sienten lo mismo. Nos consideran simples números de identificación y no vidas humanas. Si un compañero fallece, ya ocupará su sitio otra persona. Esa es la realidad que vivimos.
En nuestra profesión, nos hierve la sangre ver cómo un delincuente que ha producido lesiones a un compañero, abandona los Juzgados antes que el Agente deje el Hospital. Nos duele ver que la Justicia da más la razón a estas personas y se duda de la actuación de los profesionales.
En estos tiempos, sale gratis amenazar, pegar, herir y matar a los Agentes.
Nos llaman peseteros por pedir lo que es nuestro, que de momento sólo hemos recibido lo que en su día nos quitaron. Nos llaman gasto superfluo, pero nos reclaman que les protejamos, teniendo algunos más vehículos en sus casas que en cualquier Puesto, Comandancia, Comisaría o Jefatura. Si nos producen lesiones, los autores se declaran insolventes y no pasa nada.
Hasta en la ficción nos atacan, observando películas o series en las que se engrandece la figura del delincuente y se trata de corrupta e inútil a las FFCCS, logrando que en la vida real, a nuestras familias, a nuestros menores, les increpen, menosprecien, amenacen y agredan.
El narcotráfico no es riqueza, buena vida y trabajo. El narcotráfico es muerte, pobreza y enfermedad. Daña a los ciudadanos, a las familias, a los menores. Desestabiliza a la sociedad en general y por ende, al País entero, porque no nos engañemos, vamos directos al fracaso que se refleja en otros países como México, Colombia, Venezuela, Brasil.
Estos países cada vez más, están instaurando su negocio en España, en un principio a través de Galicia como entrada principal de tabaco y especialmente cocaína y que aún no ha dejado de serlo.
Actualmente, en las costas del Sur, estas mafias extranjeras y las provenientes de Marruecos principalmente, se están haciendo más fuertes, observando que el nivel delincuencial es mayor, aumentando su agresividad hacia nosotros de forma notoria, sin dudar en acabar con nuestra vida haciendo uso de vehículos, armas, machetes, para poner a salvo su mercancía.
Urge, por el bien de la Seguridad Ciudadana, pilar fundamental esta de la sociedad, un endurecimiento de las penas a los narcotraficantes y a todo lo que engloba y conlleva ese mundo. Que sus bienes les sean retirados y, teniendo en cuenta que nada suele estar a sus nombres, que se investigue a familiares y amigos y todo lo que no se pueda justificar, les sean también confiscado. Que nunca puedan declararse ni ser declarados insolventes, ya que se trata de una falacia.
Desde Independientes de la Guardia Civil (IGC), solicitamos más protección laboral, personal y judicial para los Agentes, cuya situación cada vez es más difícil y más peligrosa para ellos y sus familias.