Leonardo Marcos, exdirector de la Guardia Civil, compareció ante la comisión del Senado para abordar su presunta implicación en una trama de comisiones ilegales relacionadas con la compra de mascarillas durante la pandemia. Marcos negó categóricamente cualquier vínculo con Koldo García, señalado como el cabecilla de la operación.
Durante su intervención, Marcos fue enfático: «No le conozco, no le he visto nunca, ni he hablado con él, nunca me reuní con él, nunca nos hemos escrito ni enviado WhatsApp, ni por Telegram, no le conozco absolutamente de nada y, en consecuencia, ni nunca le di ningún ‘chivatazo’.»
Además, Marcos rechazó cualquier relación con Rubén Villalba, comandante de la Guardia Civil acusado de facilitar comunicaciones seguras a la trama. «Tampoco tenía relación ninguna, es un comandante más de los muchos que hay en la Guardia Civil. Le suspendí de funciones en cuanto tuvimos conocimiento de que podría estar involucrado en actividades irregulares», explicó.
Ante las preguntas sobre si Villalba mencionó su nombre por despecho, Marcos reiteró: «No le conozco, solo sé que yo le suspendí de funciones, todo lo demás, debe preguntárselo a él».
Marcos también abordó las acusaciones de que Villalba proporcionó teléfonos móviles seguros a la trama. «No puedo contestar a eso, son cuestiones operativas que desconocía por mi función como director general», se disculpó.
El exdirector aseguró que no le consta ninguna denuncia de asociaciones profesionales de la Guardia Civil en su contra, sugiriendo que las demandas podrían ser una «maniobra o intento de venganza» por expedientes abiertos debido a manifestaciones públicas contra la ley de amnistía.
Marcos justificó su salida de la dirección de la Guardia Civil tras 15 meses en el cargo, afirmando que fue para reintegrarse a su puesto en la administración como consejero de Información en la Embajada de España en Washington. Negó que este traslado fuera un premio político, destacando su larga trayectoria en puestos de relevancia.
Finalmente, Marcos pidió que los informes de la UCO se lean completos y no parcialmente, subrayando que no tuvo acceso directo a estos documentos durante su gestión. «La pregunta es por qué con esos indicios tan débiles acaba mi nombre en ese informe», concluyó.