En Lisboa, la creciente presión sobre el mercado inmobiliario ha llevado a un grupo de ciudadanos a tomar medidas drásticas. Con más de 11,000 firmas recogidas, se ha logrado la convocatoria de un referéndum que permitirá a los residentes decidir sobre el futuro de los pisos turísticos en sus barrios.
David Lafuente y Tamara González, miembros activos del movimiento, han trabajado incansablemente durante dos años para llegar a este punto. Según David, la falta de regulación en las licencias de alojamientos locales ha contribuido significativamente a la crisis de vivienda que enfrenta la ciudad.
David explica: «La función social de un inmueble debe ser la vivienda. Sin una regulación adecuada, nos encontramos con situaciones donde las propiedades se utilizan para fines lucrativos, dejando a los residentes sin opciones asequibles.» En Lisboa, se estima que existen alrededor de 20,000 pisos turísticos, con barrios como Alfama especialmente afectados.
Las políticas gubernamentales que buscan atraer inversión extranjera han disparado los precios de la vivienda, haciendo casi imposible para los locales encontrar alojamiento asequible. Tamara, quien vive en Alfama, relata cómo su barrio ha cambiado drásticamente en la última década, con muchos vecinos desplazados por el auge del turismo.
Además de la crisis habitacional, Tamara destaca los problemas de salud mental que surgen al vivir en áreas saturadas de turistas. «El ruido constante y la falta de servicios públicos adecuados afectan gravemente la calidad de vida,» comenta.
El movimiento ciudadano ha ganado tracción no solo en las calles, sino también en las redes sociales, donde han compartido testimonios de personas afectadas por la turistificación. Desde desahucios hasta renovaciones mal hechas, los relatos pintan un cuadro sombrío de la situación actual.
Con el referéndum programado para antes de mayo del próximo año, el objetivo es claro: limitar los pisos turísticos en zonas residenciales y detener el aumento descontrolado de los precios de alquiler. «Estamos en el camino correcto,» afirma David, «y creemos que el gobierno no podrá ignorar la voluntad popular reflejada en este referéndum.»
El resultado de esta votación podría sentar un precedente importante para otras ciudades enfrentando problemas similares, ofreciendo una hoja de ruta para equilibrar el desarrollo turístico con las necesidades de los residentes locales.