El número de migrantes que llegan a España por mar se ha reducido en más de la mitad, pero en proporción las muertes han aumentado.
Según Caminando Fronteras, han muerto 665 personas en lo que va de año. En todo el mundo son más de 3.100 las personas migrantes que han muerto, según datos oficiales
Hoy se celebra el Día Internacional del Migrante, una fecha en la que desgraciadamente sigue siendo más prioritario reivindicar que festejar. El número de personas que pierde la vida y las condiciones en las que malviven las que consiguen llegar ensombrecen lo que debería ser un día para brindar por la diversidad y la solidaridad de la raza humana.
Al menos 3.160 personas han muerto o desaparecido en todo el mundo en 2019 intentando migrar según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). El Mediterráneo ha contribuido a esta pavorosa cifra con 1.246 personas muertas o desaparecidas en sus aguas, la cifra más baja en los últimos años para esta fosa común de «nadies» que desde 2013 ha «engullido» a más 18.700 personas. España, según cifras de la OIM aporta 425 personas ahogadas en sus costas. Según datos de Caminando Fronteras, 625.
En 2018 llegaron por mar a España más 52.000 migrantes, en 2019 menos de la mitad
En España los intentos de llegadas por mar se han reducido en más de un 50%. Cincuenta y dos mil migrantes cruzaron la frontera de Europa con África por aguas españolas en 2018 mientras que, a doce días de acabar 2019, el número de personas que han entrado por mar no llega a 25.000. Sin embargo, y contra lo que cabría esperar, este descenso de llegadas no se ha traducido en una merma de la tasa de mortalidad.
En 2019, llegando menos de la mitad de gente mueren más personas. En 2018, de las más de 52.000, murieron 774; en 2019, de las menos de 25.000 han muerto 425 según la OIM. Menos de la mitad de personas llegan y mueren más de la mitad de las que lo hacían antes. De hecho, si atendemos a los datos que ofrece Caminando Fronteras el numero de muertas o desaparecidas es de 665 . Un dato bastante más alto que el de la OIM y que se aproxima al que se registró en todo 2018 con el doble de llegadas.
La política migratoria de la UE se aplica en una dirección
La crisis de refugiados de 2015 puso en entredicho la gestión de los movimientos migratorios en la Unión Europea. Son muchas las entidades que denuncian que si Europa pretende ser una fortaleza inexpugnable para las personas migrantes, debe plantear alguna alternativa que garantice el pasaje seguro para evitar el aumento de muertes en sus fronteras.
El control del flujo migratorio está costando vidas. La externalización de fronteras que pone en práctica la Unión Europea no está funcionando en lo que a la protección de las personas migrantes se refiere, al menos en las costas de España, Italia o Grecia.
Según Montse Sánchez de Caminando Fronteras: «En las políticas de control migratorio prima la ley de extranjería y no el rescate. Ha cambiado el sistema de rescate de Salvamento Marítimo, ahora depende un mando único de la Guardia Civil que se coordina con Marruecos y hay un apagón informativo respecto a este ente. Esta serie de cambios provocan más muertes. Está llegando menos gente pero se siguen produciendo muchas muertes«.