Este virus va a frenar la globalización y dará paso a incursiones al nacionalismo que acrecentará el papel de los estados, donde la rivalidad se hará latente entre las potencias rivales, causando graves consecuencias humanitarias que impactarán en el sistema internacional, siendo este el mayor desafío para la población humana desde las dos últimas guerras mundiales, puede que sea el mayor reto de nuestra especie, en aras de su propia supervivencia.
Esta situación sin precedente alguno, a los 75 años en los que la Organización de Naciones Unidas difunde el sufrimiento humano, infectando a la economía global, atentando contra el avance alcanzado por la comunidad internacional en materia de desarrollo y pobreza debilitando de esta forma la economía del planeta y a su vez arrojando un saldo negativo en las economías nacionales.
Se necesitaría volver a pensar en todo, la economía completa teniendo una nueva visión para centrarse en como hacer frente a un escenario tan difícil, ante semejantes desafíos del planeta, la solidaridad una palabra de orden, para poder vencer la adversidad; ningún país podrá combatir este virus sin la cooperación mundial y regional, debiendo considerar qué pasará con el multilateralismo, donde la máxima prioridad deberían ser políticas dirigidas al abordaje de la crisis social y sanitaria.
Esta pandemia del coronavirus está incidiendo en el tablero de la hegemonía mundial, donde un país con el potencial de Estados Unidos, muestra las deficiencias de su sistema sanitario y su escasa solidaridad con el mundo, sin embargo China se ha consolidado con el liderazgo de haber contenido el virus y de haber ofrecido ayuda al resto del mundo, proveyéndoles de material sanitario y donando 20 millones de dólares a la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además del intercambio de experiencias para prevenir y contener la propagación del virus no es menos importante la cooperación bilateral sostenidas con otras potencias europeas y Rusia, en este último caso con contactos al más alto nivel, donde se refleja el apoyo mutuo entre ambos estados, sin obviar que una nación como Cuba ha dado muestra de solidaridad internacional aportando brigadas médicas en varios países como Italia, la octava economía mundial.
Por todo ello, quisiera dejar un claro mensaje a todos los líderes políticos a nivel mundial y pedirles que no aprovechen este amargo momento para hacer campañas políticas y que consideren como principal premisa la cooperación en la reconstrucción, tendiendo puentes para que juntos consigamos comenzar de cero haciendo de nuestro planeta un mundo mejor.
«Los verdaderos líderes deben estar dispuestos a sacrificarlo todo por la libertad del pueblo»