Según la información a la que ha tenido acceso este medio los tres amigos de Mohammad actuaron de manera consciente y premeditada. Hacemos un repaso a las claves del caso y al crucial papel de la UDYCO
Un joven de Ceuta desaparecía el jueves 13 de enero de 2022. Así lo denunciaba su familia, que no sabía nada de Mohammad Ali desde hacía varios días tras ser visto por última vez en los alrededores de la calle Sevilla, en la barriada del Recinto. El joven tenía 17 años, mide 1’95, pesa 70 kilos, era delgado y tenía el pelo castaño y ondulado. Llevaba puesta una chaqueta reflectante y unas zapatillas de deporte negras.
«A mi hijo le ha pasado algo, son tres días ya. Tiene el móvil apagado y es muy raro», contaba a El Foro de Ceuta desesperada la madre del joven, que estaba segura de que el chico no había desaparecido por voluntad propia y no había podido salir de Ceuta porque ella tenía toda su documentación.
Un año después los restos de Mohammad han aparecido. Se confirmaba el peor de los presagios, y su familia por fin podrá descansar. Ahora tres sospechosos han sido privados de libertad como medidas cautelares. Se trata de tres amigos del joven.
¿Qué pasó el 13 de enero?
Según las fuentes conocedoras del caso, primero quedaron con Mohammad detrás del IES Siete Colinas. Eran las 18:00 horas del día 13 de enero de 2022, la menor, que responde a las iniciales S.M.B., el menor –A.A.O.– y el mayor de edad –E.L.A.-, «de común y previo acuerdo», se encontrarían con el también menor Mohammad para discutir sobre unos vídeos, fotos e información íntima que éste último tenía en su teléfono móvil en los que aparecía A.A.H. Por lo visto, Mohammad había amenazado a A.A.O. con enseñárselos al padre de este, que se trata de un fugitivo de la justicia y reclamado por la Audiencia Nacional.
Una hora y media después (sobre las 19:30 horas), todos se marcharon, a bordo del Seat León de E.L.A., y pararían a comprar unas chucherías y refrescos para ir hasta el Monte de la Tortuga. Fue allí donde comenzarían a discutir y «con ánimo de menoscabar la integridad corporal» de Mohammad Ali, los menores A.A.O. y S.M.B. propinaron diversos golpes con un bate de beisbol que llevarían consigo en el maletero, y que previamente habrían escondido en una de las habitaciones de las instalaciones militares que hay en el monte, originándole lesiones.
Tras esa primera discusión, todos volvierían a subir al coche y fueron hasta Benzú para que el mayor E.L.A., obtuviese cobertura y le mandase un mensaje de texto a su padre, un jubilado de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
De nuevo, los 4 jóvenes volverían a subir a García Aldave, en esta ocasión a la zona de la Torre de la Alquería de la antigua huerta de Regulares, también de común y previo acuerdo y ya con ánimo de acabar con la vida de Mohammad Ali. Allí los menores S.M.B. y A.A.O. se bajaron del coche junto a Mohammad, en un camino angosto y comenzaría de nuevo otra discusión relacionada con los vídeos y fotos de A.A.O.
Esta discusión fue a más, y armados con el bate de beisbol y un palo que habrían cogido de las inmediaciones, mientras, E.L.A. daba la vuelta con el coche y lo paraba en ese mismo camino, impidiendo que Mohammad pudiese escaparse, comenzarían de nuevo a golpearle. Fue en el intento de huida cuando Mohammad habría caído por el terraplén ya mareado por las lesiones que presentaba, lo que habrían aprovechado los menores para, «de común y previo acuerdo», propinarle nuevamente numerosos golpes en la cabeza con el bate de beisbol.
Según las fuentes consultadas por El Foro de Ceuta, la menor S.M.B. habría abandonado el terraplén, pero A.A.O. le habría propinado un último golpe por la espalda originando su muerte, motivo por el cuán la Policía le marca como el presunto autor material del asesinato. Una vez muerto Mohammed, los menores atacantes se habrían vuelto a subir al coche para abandonar el lugar del asesinato.
La colaboración con la Policía, clave en la búsqueda del cuerpo
¿Por qué el menor A.A.O. no declara ante la policía ni ante el Fiscal de menores y no colabora en la búsqueda? Pues según fuentes jurídicas consultadas por este diario, el acogerse a su derecho a no declarar podría ser una estrategia de su defensa, ya que hasta no estar en posesión del expediente podría comentar algo que le perjudicase. Sin embargo, los otros dos acusados, si que han incriminado al menor, A.A.O., «pero en su propio relato también se auto incriminan», por lo que, aunque el Ministerio Fiscal haya calificado los hechos como un presunto delito de asesinato a los tres implicados, no será hasta tener el resultado de la autopsia, cuando se pueda determinar si finalmente se les juzga como un delito de asesinato o de homicidio.
Según estas mismas fuentes, el acusado A.A.O. podría declarar en cualquier momento durante la fase de instrucción, si así lo considerase oportuno su abogado, aunque estas fuentes recuerdan que no es hasta que se haga la declaración durante el acto judicial cuando será válida, por lo que todavía podrían cambiar las versiones de los otros dos acusados.
Las penas a las que se enfrentan
El juzgado de menores n. 1 de Ceuta, así como el juzgado de Instrucción n. 1 adoptaban como medidas cautelares, enviar a prisión provisional -en el caso del mayor, que se puede demorar hasta 2 años- y de internamiento en el centro de menores en régimen cerrado por tiempo máximo de seis meses, debiendo someterse al modelo individualizado de intervención que se apruebe conforme a lo dispuesto en el fundamento de derecho segundo, y con el contenido establecido en esta resolución.
Estos seis meses se podrían prorrogar hasta un año si la Fiscalía así lo solicitase ante el Juez, siempre y cuando estuviese debidamente justificado.
El trabajo policial, clave en resolver el crimen
Durante el más de un año de la desaparición de Mohammad, la Policía mantuvo la investigación abierta y trabajaba en varias líneas diferentes. La huída voluntaria era una de ellas y en algunos momentos tomó peso por los indicios falsos lanzados por los tres acusados, como por ejemplo el llevar el teléfono móvil a la península.
Este extremo fue clave en la detención de los tres sujetos, ya que la Policía pudo triangular los teléfonos de la víctima y los supuestos verdugos en la península al mismo tiempo. Además, según ha podido saber este diario, se llegaron a enviar pruebas falsas desde otros lugares de la península e incluso desde el extranjero.
Pese a esto, la UDYCO mantuvo todas las líneas abiertas y por fin pudo detener a los presuntos autores, tras recibir informaciones sobre dónde podría estar el cuerpo. Una vez producidas las detenciones, comenzó la búsqueda sobre el terreno dando como resultado el hallazgo de los restos del joven ceutí tras más 72 horas de búsqueda, la participación de más de 70 agentes y el can especializado en rastreo de restos humanos, llegado desde Madrid.
La madre sabía que a su hijo le había pasado «algo malo»
El tío materno de Mohammad Alí, Tarek Hamed, hablaba con El Foro de Ceuta en exclusiva para trasladar cómo se encuentraba la familia del joven durante la búsqueda del cuerpo. Tarek Hamed siente que “esto ha sido una injusticia muy grande porque dos de los tres detenidos han estado con nosotros en todas las búsquedas, eran amigos de Mohammad Alí, no pensábamos que fuesen ellos, ha sido un golpe muy duro”, lamentaba ante este medio. “Esperábamos de todo, pero no que sus propios amigos le hiciesen esto”, apuntaba. Hamed cuenta que Asma, la madre del joven decía “sus amigos tienen que ver algo y yo le decía que no puede ser, al final tuvo razón”, exteriorizaba el tío materno de Mohammad Alí.
Por su parte, Asma, la madre de Mohammad lanzaba un mensaje de socorro para encontrar a su hijo y desmientía los bulos que se estaban difundiendo por las redes sociales: “A mi hijo le ha pasado algo, tengo un nudo y siento que no está bien. Basta de bulos” aseguraba ante la cámara de El Foro de Ceuta.