Como contábamos ayer mismo, la Ciudad ha anunciado nuevas plazas públicas (un total de 277 hasta la fecha). Entre estas, se encuentran casi 40 de Educador/a. Pues bien, hoy El Foro de Ceuta se hace eco de una queja ciudadana. Un grupo cuantioso de educadores y educadoras sociales de Ceuta denuncian que el Gobierno de la Ciudad permite el «intrusismo laboral» en el acceso a estas plazas.
En el BOCCE extraordinario que la Ciudad ha publicado hoy para anunciar la convocatoria y las bases del concurso-oposición de estas plazas se puede leer: «Estar en posesión del título de Maestro, Grado en Educación Social, Grado en Psicología, Grado en Pedagogía, Grado en Sociología, Grado en Antropología o equivalentes«.
Una de las personas afectadas se ha puesto en contacto con nosotros y nos ha enviado estas declaraciones:
«Los educadores sociales llevamos años reivindicando que se valore la figura del Educar Social y se dejen de suplantar nuestras funciones por personas con otra titulación que no les capacita para ejercerlas. Es una pena que la Ciudad se dedique a crear lagunas en las convocatorias de plazas públicas que lo único que hacen es fomentar este intrusismo. Casualmente, las titulaciones que menciona el BOCCE son las mismas que tienen muchos de los trabajadores de la Ciudad que llevan años realizando una labor que no les corresponde. Todas las carreras o titulaciones tienen asignadas unas funciones y las funciones que aparecen en el BOCCE son precisamente las que corresponden a un Educador Social. Vamos a llegar donde tengamos que llegar. Nos sentimos totalmente desamparados. Ya se llegó a un acuerdo plenario para dignificar nuestra profesión pero ya vemos que no ha servido para nada».
Intrusismo y minusvaloración
Así pues, educadores sociales lamentan que su profesión sea una de las que más se presta al intrusismo. De hecho, al ser una cerrera relativamente «nueva«, explican que durante años los puestos de trabajo en los que se ejercían las funciones para las que ellos se han formado, los solían ocupar personas con titulación en Trabajo Social. Es más, a día de hoy, todavía hay quien confunde, o considera homólogas, las dos titulaciones. Nada más lejos de la realidad.
Otra queja de este colectivo de educadores sociales de Ceuta es una cuestión de «lógica» para ellos. Alegan que, si Ceuta tiene, a través de la Universidad de Granada, la oferta del Grado de Educación Social y son ya varias las promociones que se han graduado, lo lógico sería darles alguna salida laboral y no permitir el acceso de otras titulaciones a trabajos que tendrían que ejercer personas con el Grado de Educación Social.
Sin embargo, explican que no se trata solo de una cuestión de acceso al mercado laboral, que también, sino de dignificar su profesión y reconocer la importancia que tiene. Otro de los miembros de este colectivo lo explica así: «Es como si una pastelería estuviese buscando un pastelero, pero en el anuncio pusiese que acepta también a un pintor o un albañil. No tendría ningún sentido. Pero por desgracia es justo lo que hacen con nosotros».
Carta del Colectivo de Educadores Sociales
Finalmente, el colectivo de educadores sociales de Ceuta nos ha remitido esta carta para su publicación:
La diplomatura de “Educación Social” fue establecida en España por el Real Decreto 1420/1991, de 30 de agosto (BOE de 10 de octubre de 1991), constituyéndose asi un marco jurídico que regula el desempeño de nuestra profesión. En el año 2012, pasó a ser “Grado de educación social”. Queda patente, por tanto, la legitimidad que nos confiere para reclamar nuestros derechos como profesionales, el tener una formación universitaria que nos permite desarrollar las competencias y poner en práctica los conocimientos adquiridos para una profesión tan denostada e infravalorada como sigue siendo la nuestra, casi 28 años después de su creación como disciplina. Máxime todo ello en una ciudad como Ceuta, con unas peculiaridades donde la figura del educador social debería adquirir la relevancia social y profesional que merece.
28 años de intrusismo
Sin embargo, seguimos en el más absoluto ostracismo cuando, desde la ciudad autónoma se hacen promesas cada vez que alzamos la voz para reivindicar nuestro pleno derecho a ejercer las competencias que nos son propias y para las que llevamos años formándonos; promesas que vuelven a caer en saco roto con la publicación en el BOCCE del 23 de Mayo de 2019 de las bases para la convocatoria de unas plazas a través del sistema de concurso-oposición bajo la denominación de “EDUCADOR”, englobando así a profesionales de otros ámbitos (maestros, psicólogos, sociólogos, antropólogos, etc.) que pueden optar a desempeñar las funciones propias de nuestro perfil profesional, en un ámbito de actuación para el que nuestro colectivo está plenamente legitimado para ejercer: el ámbito de la educación no formal. Se sigue favoreciendo de este modo un intrusismo laboral que llevamos 28 años condenando.
Por tanto, queremos transmitir nuestro desacuerdo con el trato que se sigue otorgando a nuestra profesión, solicitando la implicación de todos los organismos competentes para que luchemos contra un intrusismo que sigue minusvalorando nuestra labor, tan necesaria como urgente por su riqueza y pluralidad en todos los ámbitos y a lo largo de toda vida.