Vox ha justificado su voto en contra del Presupuesto de 2021 deslizando la idea de que el Partido Popular está sometido a un poder de «promarroquí» que sería el que realmente dirige la Ciudad y el que ha impedido que el PP elimine las subvenciones que Vox pedía para apoyar los presupuestos. Un poder «promarroquí» que con su influencia estaría controlando nada más y nada menos que un 0,2% de los 320 millones del presupuesto, que es la suma total de las subvenciones que Vox quería retirar a asociaciones vinculadas a la Comunidad Musulmana, según ha revelado la consejera de Economía, Hacienda y Función Pública
El discurso del portavoz de Vox Ceuta, Carlos Verdejo, durante el debate para la aprobación inicial del Presupuesto de 2021 ha estado marcado por las subvenciones a «chiringuitos» manejados en la sombra, al igual que el Gobierno local, por la mano oculta de un «lobby promarroquí«. Si les suena a broma, ya les adelantamos que no lo es. Esa ha sido la piedra angular sobre la que ha girado la argumentación de Vox para justificar que le vota en contra del Presupuesto de la Ciudad en 2021.
Advertía Verdejo antes de adentrarse en su discurso que no tenía intención de retirar nada de lo que a continuación iba a decir y que sus palabras iban a ofender. Sin embargo, ha debido abandonar el Palacio de la Asamblea algo insatisfecho ya que nadie le ha pedido que retirase ninguna de sus habituales provocaciones ni parece que nadie se haya ofendido demasiado. Vamos, que su paso por el atril ha estado lejos de tener la trascendencia que él esperaba.
Y no será porque no lo ha intentado. Verdejo ha sacado toda la artillería pesada de su argumentario. De hecho, quizá por eso haya perdido impacto. Si todos los días avisas del fin del mundo, llegará uno en el que ya nadie te tome en serio y, por otro lado, apelar continuamente a la visceralidad de las personas para que esta sirva de lubricante que ayude a que se puedan tragar la existencia de un «lobby promarroquí» que ahora resulta que es quien gobierna la Ciudad en la sombra es, como poco, forzar la máquina. Lo es hasta para el electorado de Vox en Ceuta. Pretender que cuele lo del «lobby» no es pedirles a los tuyos se traguen un sapo, es obligarles a comerse un elefante.
Decir que hay un grupo de presión que gobierna la Ciudad en la sombra cuando, si el Gobierno de la Ciudad hubiese accedido a poner en el punto de mira a la Comunidad Musulmana de Ceuta retirando esos 640.000 euros de los 320.000.000 euros del Presupuesto de 2021, se hubiese votado a favor del mismo documento de presupuestos que han apoyado PSOE y Caballas, es totalmente contradictorio. No ha sido lo único que ha chirriado de la intervención de Verdejo.
También ha asegurado que Ceuta es una ciudad «tranquila» cuando se le ha acusado de poner en peligro la convivencia en la ciudad. Y es cierto. Ante todas las provocaciones y salidas de tono de Vox Ceuta, la respuesta más contundente a la par que pacifica de la ciudadanía fue la mayor manifestación de la historia reciente de la ciudad. Sin embargo, esa Ceuta «tranquila» que ha dibujado Verdejo para esquivar las acusaciones de ser un partido incendiario, nada tiene que ver con la Ceuta «insegura» que el mismo portavoz de Vox pinta cuando tiene que hablar de menores que migran solos.
Otra de las contradicciones ha llegado cuando Vox ha acusado a Digmun y Al-Idrissi de ser asociaciones marroquinizadoras. Según Verdejo, la primera lo es por enseñar castellano a personas de origen marroquí y la segunda lo es por enseñar árabe a españoles/as.
Ya para despedirse, y en clara actitud mitinera más propia de los últimos días de una campaña electoral que de un debate de presupuestos, Verdejo, ha mirado a la cámara para dirigirse a la ciudadanía y ha asegurado que su grupo, y él mismo, han intentado «corregir la deriva de este gobierno y corregir estos presupuestos y curar sus males» y que lo han hecho «por amor a Ceuta».