Se denuncia y se vuelve a denunciar, pero la situación poco cambia. Los montes de Ceuta siguen estando llenos de basura. No basta con la cómoda excusa de que no se limpian los suficiente. Los envases, las basuras y todo tipo de desperdicios no acaban en nuestros montes por arte de magia, los tiramos nosotros, que parece que no aprendemos
Hace más de un año, este medio se hacía eco de una denucnia ciudadana: el emblemático mirador de «La Ballenera» estaba repleto de basura y desperdicios. Hoy, la página de Facebook «Ceuta Viva» vuelve a poner de manifiesto la misma situación en el mismo enclave de la ciudad. Más de un año entre una y otra denuncia y nada ha cambiado.
Hemos pasado meses encerrados sin poder pisar nuestros montes y playas y, durante este tiempo, la inmensa mayoría hemos celebrado que el confinamiento de los seres humanos y el cese de la mayoría de actividades industriales daban un respiro a la naturaleza más que merecido. Sin embargo, en cuanto hemos vuelto a salir, hemos recuperado los actos incívicos e irresponsables que atentan contra nuestro entorno cercano de forma inmediata y contra la salud de todo el planeta a medio y largo plazo.
Podemos seguir escondiéndonos en que las autoridades no hacen lo suficiente por conservar nuestro entorno natural y en que estos comportamientos incívicos son cosa de «unos pocos«. Las excusas pueden ser infinitas, la capacidad de regeneración de nuestro medio ambiente no.
Las escenas denunciadas por Ceuta Viva no solo se reducen en esta ocasión el emblemático mirador que ofrece una de las vistas más espectaculares de un atardecer que se pueden encontrar en Ceuta, sino que se hacen extensible a los aledaños del mismo.
Y es que pareciera que la cuestión es puramente estética. Es como si no terminásemos de comprender el perjuicio que estás basuras pueden causar, más aún cuando el monte está tan cerca del mar, como es nuestro caso. Según Ecoembes, más de un tercio de la basura que se encuentra en el mar procede de los montes -situación que se agrava en Ceuta, insistimos, dada la cercanía de los montes con el mar-. Pero el peligro no solo está en que la basura acabe en el agua, sino en que cierto tipo de desechos, como los plásticos o los vidrios pueden contribuir a que se generen incendios debido al calor y la sequedad del terreno. En este sentido, parece que también hemos olvidado muy pronto que hace apenas un año Ceuta vio como las llamas consumían más de 70 hectáreas de monte de un valor medioambiental incalculable en dos incendios que tuvieron lugar en julio y agosto.