Que las Brigadas Verdes se han convertido en un tema de controversia entre los partidos de la Asamblea no es nada nuevo.
Que algunos políticos intentan arrimar el ascua a su parcela, sobre todo a las puertas de unas elecciones tan aburridas como las europeas tampoco extraña a nadie.
Sin embargo, poder enderezar un colectivo que durante años no ha brillado precisamente por la eficacia en su gestión no será nada fácil, sobre todo para aquellos que han trabajado muy poco o nada y que se les va a hacer muy cuesta arriba tener que cumplir un horario diariamente y tener que acudir con frecuencia a su puesto de trabajo.