El cierre unilateral de la aduana comercial de Melilla por parte de Marruecos en 2018 y las restricciones en los tránsitos en Ceuta han tenido un impacto devastador en el tejido empresarial y comercial de ambas ciudades autónomas, según el Consejo General de Agentes de Aduanas y Representantes Aduaneros (CGAA)
A pesar de los anuncios optimistas de los gobiernos de España y Marruecos sobre avances en las negociaciones, la situación no ha mejorado. Según Antonio Llobet, presidente del CGAA, desde que en 2022 se anunciara una hoja de ruta de 16 puntos como señal de progreso en las negociaciones, la aduana de Melilla sigue cerrada, el puesto de control aduanero en Ceuta no está en funcionamiento y persisten los incumplimientos en el régimen de viajeros por parte de Marruecos.
Llobet afirma que, por lealtad institucional y afán constructivo, el CGAA ha mantenido una actitud discreta centrada en gestiones con todas las partes involucradas. Sin embargo, el deterioro de la actividad en Ceuta y Melilla les obliga a denunciar públicamente una situación que consideran inaceptable e impropia de una frontera europea.
Remigio González, presidente del Colegio de Ceuta, también critica la falta de agilidad en la frontera y señala que no han visto ningún acuerdo concreto que mejore la situación. A su juicio, el Gobierno español debería exigir a la Unión Europea una resolución del conflicto con Marruecos que afecta a una de sus fronteras.
Antonio Mena, presidente del Colegio de Melilla, alerta sobre la crítica situación que enfrentan los profesionales y las empresas en la ciudad. Denuncia el incumplimiento de los acuerdos internacionales por parte de Marruecos y la pasividad del Gobierno español ante esta situación. Recientemente, los aduaneros melillenses se han movilizado con el apoyo de la Confederación de Empresarios de Melilla (CEME-CEOE) para reclamar la reimplantación de la bonificación de la Seguridad Social en los contratos laborales y denunciar la situación en la frontera.