Este jueves se ha celebrado el juicio contra seis jóvenes ceutíes acusados de ser autores de un delito de atentado y de lesiones por agredir a tres policías locales, sus parejas y un policía nacional que intervino, por lo que se enfrentan a penas de prisión que podrán ser rebajadas por haber reconocido los hechos, mientras que para el supuesto cabecilla que no ha reconocido haber participado en las agresiones, mantendrá la solicitud de tres años de prisión por el delito de atentado y dos años por cada uno de lesiones, que supondrían 7 años en total
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El Juzgado de lo Penal número 2 de Ceuta ha iniciado este jueves el juicio contra seis acusados, jóvenes ceutíes entre 21 y 38 años, por dar una paliza en la madrugada del pasado 15 de febrero del año 2020 a tres policías locales en el Poblado Marinero, así como alguna de sus parejas de las que iban acompañados. La Fiscalía solicita penas de prisión, que serán rebajadas para aquellos acusados que han reconocido los hechos, pudiendo no entrar a tener que cumplir la condena, sin embargo, para el supuesto cabecilla del grupo y que no ha reconocido haber participado en las agresiones, mantendrá la solicitud de tres años de prisión por el delito de atentado y dos años por cada uno de lesiones, que supondrían 7 años en total.
El escrito de acusación del Ministerio Fiscal, al que ha tenido acceso El Foro de Ceuta, recoge que los hechos tuvieron lugar sobre las 2:45 horas cuando los policías, que no estaban uniformados e iban acompañados de sus parejas, fueron reconocidos por uno de los acusados por intervenciones policías previas. Este empezó a proferir expresiones como “polis de mierda, cabrones” y fue a golpear a uno de ellos, momento en el que se inició la reyerta y se unieron el resto de personas, que finalizó cuando llegaron vehículos policiales y todos salieron corriendo.
Los policías sufrieron lesiones como hematomas por el cuerpo, erosiones, uno de ellos sufrió un esguince y tuvo que ser inmovilizado, otro una fractura de peroné que precisó de férula y 135 días para su curación. También sufrió lesiones un policía nacional que intervino, también de paisano, y dos de las parejas de los policías. La Fiscalía reclama indemnizaciones para cada uno de ellos por los daños sufridos, que oscilan entre los 1.485 y los 6.685 euros.
Pese a que eran nueve los imputados, al inicio de la vista la Fiscalía ha retirado la acusación de tres de ellos, que posteriormente han sido solicitados como testigos por uno de los abogados defensores. Solicitud que no ha sido admitida por la jueza al considerar que ya existen pruebas suficientes, además de un cariz de parcialidad.
El principal acusado niega participar en la pelea, el resto lo reconoce
Todos los acusado han reconocido durante el interrogatorio de la Fiscalía que participaron en la pelea y agredieron a los agentes, aunque la mayoría ha afirmado que no sabían que eran policías locales ya que no estaban uniformados ni se identificaron como tales, enterándose con posterioridad. Solo uno de ellos ha señalado que durante la reyerta se gritó que eran policías y por eso se enteró en el momento.
El acusado de iniciar la pelea al identificar a los agentes desde el primer momento, solo ha querido contestar durante el juicio a las preguntas de su abogado declarando que no vio a los policías, que ni hizo nada, y que esto es “un delito de odio contra mí y un prejuicio, porque yo no he hecho nada”. Asegurando que ha tenido problemas con la Policía Nacional pero no la Local, y después de los hechos por “la fama” que tiene. Ha declarado que no participó en la pelea, que fue cosa de “otros chavales del Príncipe” y que lo metieron solo «por ser del barrio».
Los policías y testigos identifican a los agresores
Los policías locales que sufrieron la agresión, han relatado que se encontraban fuera de servicio en la zona del Poblado cuando los jóvenes se pusieron delante de ellos insultándoles con expresiones como “policías de mierda, me suda la polla la Policía” y golpeando fuertemente una señal de tráfico. Hechos que los policías les recriminaron pero no hicieron caso, al contrario, comenzaron a agredirles. Uno de los agentes agredidos ha relatado cómo cayó al suelo y los agresores le golpearon y le dieron patadas.
Los agentes han identificado al principal acusado, asegurando que éste les reconoció como policías e inicio la agresión, aunque el acusado, durante su declaración ha negado haber participado. “Él me pataleó en el suelo, tengo clarísimo que fue él”, ha asegurado una de las víctimas de la agresión. Ninguno de los policías ha tenido dudas en esta identificación, negando que haya sido porque escucharon que fue él y asegurando que lo vieron. Además, entre los tres han identificado al resto de participantes en la pelea acusados, que lo han reconocido los hechos, aunque alguno no recordaba a todos porque «había mucha gente» y les agredieron rodeándolos.
Uno de los abogados defensores ha cuestionado la identificación de todos los acusados, así como el hecho de que los policías no se fueran del lugar cuando empezaron a recibir los insultos. Durante las testificales, la jueza ha llamado la atención en numerosas ocasiones a los juzgados, sentados en el banquillo, por hablar y quejarse denunciando sufrir “tortura” por estar durante tantas horas de juicio con las esposas puestas y los brazos a la espalda.
Las parejas de los agentes, de las cuales dos fueron también golpeadas, también han prestado declaración relatando todo lo sucedido, coincidiendo su versión con la de los policías. Han negado que hubiera ninguna “provocación” de los agentes, que «estaban tranquilamente», y destacaron que el grupo inicial que empezó a insultar y agredir eran unos 7 u 8, pero que posteriormente llegó mucha gente y había más de 20 personas. También ha declarado por vídeo conferencia el policía nacional que se encontraba fuera de servicio e intervino para frenar la pelea sin éxito, siendo igualmente agredido. Todos los testigos han identificado al presunto cabecilla del grupo y al resto de los acusados.
Otros testigos han sido los agentes de la Policía Nacional que realizaron la investigación, corroborando la versión de las víctimas con las imágenes de las cámaras de seguridad, aclarando que las grabaciones fueron clave para la identificación de los agresores. Ha testificado de igual modo el inspector jefe de UDEV, explicando cómo procedieron a la identificación de los acusados con las imágenes, en las que “no cabe duda”; así como el policía nacional que tomó la denuncia en comisaría.
Dos de los testigos llamados a declarar han sido los porteros del pub frente al que ocurrieron los hechos, quien ha asegurado que cerró a las 04:30 horas y que «los chavales estaban dentro tomando un par de copitas», aunque a las posteriores preguntas de la jueza porque la declaración entraba en algunas contradicciones, ha declarado no saber si a la hora de la reyerta -a las 4.15 horas de la madrugada- estaban dentro o no del pub, asegurando que él «no vio nada de nada». El segundo portero ha asegurado no acordarse si los acusados estaban entrando o saliendo del pub y no recuerda haber escuchado a un coche de la Policía Nacional y asegura haberse enterado «al día siguiente» de que «algo pasó ese día«, pero que él no vio «nada».
Además, otros dos testigos no han comparecido, por los que se les ha impuesto una sanción de 200 euros.
El juicio ha quedado aplazado hasta la primera semana de noviembre, en la que se tomará la testifical a otro testigo y se finalizarán las demás actuaciones judiciales.