En un resultado decisivo para el panorama político rumano, el Partido Socialdemócrata (PSD) ha logrado una victoria significativa en las elecciones legislativas de 2024, asegurando el 22,6% de los votos, según los resultados oficiales del recuento del 99,4%. Esta victoria se produce en un contexto de creciente polarización, donde la ultraderecha ha aumentado su presencia, pero no ha logrado arrebatar el control al PSD.
El principal partido ultraderechista, la Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR), obtuvo el 18,1%, un importante ascenso respecto a los comicios anteriores. A pesar de este crecimiento, los resultados finales muestran que, en conjunto, las fuerzas más moderadas y proeuropeas siguen dominando la política rumana. El Partido Nacional Liberal (PNL), que recientemente gobernó en coalición con el PSD, alcanzó el 14,4% de los votos, y la Unión Salvar Rumanía (USR), de ideología centrista, obtuvo el 12,1%.
El impacto de las formaciones ultranacionalistas ha sido más notable en las elecciones presidenciales, donde el candidato prorruso Calin Georgescu, de la extrema derecha, superó las expectativas, lo que generó temores de un posible auge de esta corriente. Sin embargo, las fuerzas europeístas y moderadas, lideradas por el PSD, lograron superar el umbral del 55% de los votos, consolidando su capacidad para formar una mayoría parlamentaria.
En declaraciones tras los comicios, el presidente del PSD, Marcel Ciolacu, destacó el mensaje enviado por los ciudadanos rumanos, pidiendo un desarrollo continuo del país con apoyo europeo, pero a la vez defendiendo los valores nacionales. Por otro lado, el líder de la AUR, George Simion, reaccionó al resultado acusando a los «políticos corruptos» de ser responsables de la situación del país, aludiendo a un sistema «globalista» que ha dejado a Rumanía en manos de una élite no representativa de los intereses del puebl