En Vox Ceuta, socios del Gobierno local, no son racistas, pero querían cerrar mezquitas y cuando perdieron las elecciones le echaron la culpa al «voto marroquí». El partido con el que Vivas nunca pactaría -pero pactó- no es racista, pero sus líderes loan a la División Azul que apoyó a los nazis en la II Guerra Mundial. En Vox Ceuta no son racistas, pero todavía no han condenado el contenido de los mensajes de WhatsApp que se les atribuyen ni han dejado claro, y sin lugar a duda, que son falsos. De hecho, la denuncia es por «revelación de secretos». Los cogobernantes de esta ciudad no son racistas, pero para Verdejo el #BlackLivesMatter solo es una turba de borregos
El mundo se estremeció el 25 de mayo cuando durante más de ocho agónicos minutos pudo ver sin censura el asesinato de un hombre negro indefenso, ya reducido, a manos -a rodilla- de un agente de policía blanco que desoía los gritos de auxilio de su víctima, así como los de los testigos que clamaban para que, si lo tenía que detener, lo detuviera y lo metiera en el coche patrulla, pero dejara de asfixiarlo.
La indignación por esta imprevista película snuff que corrió como la pólvora por Internet generó protestas espontáneas que se viralizaron a un ritmo vertiginoso y que han llevado a que por toda Europa se reproduzcan ecos que respaldan al movimiento y que también aprovechan la ocasión para denunciar el racismo y el supremacismo al que se enfrentan las personas racializadas en este rincón del globo. Londres, París, Berlín, Madrid… Incluso en la Bundesliga, la competición doméstica de fútbol profesional en Alemania, son varios los clubes y jugadores que han hecho gestos de apoyo a la lucha contra el racismo. Ceuta también tuvo voces que recordaron que en esta ciudad el racismo y la xenofobia están a la orden del día y aportó su propio hashtag: #AFRICANLIVESMATTER
Sin embargo, como todo gran movimiento, tiene sus detractores. Entre ellos está Carlos Verdejo, diputado de la Asamblea y portavoz de Vox Ceuta, para el que quienes siguieron este fin de semana el #BLACKSLIVEMATTER son simples borregos. Así al menos lo hizo entender cuando compartió esta publicación:
No es ninguna sorpresa. El portavoz de Vox ha demostrado durante sus apariciones públicas que no rehúsa la polémica sino todo lo contrario, vive de ella. Se le vio disfrutar en la tristemente célebre sesión plenaria en la que se debatían los presupuestos de la Ciudad y en la que, entre otras lindezas, acusó a la bancada del PSOE de «tener un pasado criminal«; a la ONG Enfermos sin fronteras de promover la inmigración ilegal y de saturar los servicios sanitarios locales; y a Mujeres Progresistas de fomentar el enfrentamiento entre sexos por explicar a adolescentes que los celos y la posesión no son signos de amor sino de violencia de género. No se detuvo ahí y advirtió a todos los presentes que su «purga» no había terminado. Ese mismo día Verdejo negó con ahínco la existencia del sistema patriarcal y por ende de la violencia machista.
Para Verdejo, todo lo que no defienda los intereses de su partido o los suyos propios, es un «lobby» de pensamiento orquestado por el «consenso progre» y sus seguidores son borregos. No hay posibilidad de debate ni negociación. Su verdad es la única verdad: la violencia machista no existe y el racismo tampoco y si dices lo contrario es porque eres un borrego al que le han comido la cabeza. Así es imposible que alguien rebata tus argumentos, pero esto no equivale a ganar el relato de los hechos, sino a enterrar la cabeza en la arena o a taparse los oídos con los dos manos para no escuchar al adversario, como hacen los críos.
Ya incluso antes de ser diputado, Verdejo gustaba de ser incendiario en sus comentarios y publicaciones. En enero de 2019, en una cuenta de Twitter de la que se deshizo tras las elecciones autonómicas, publicó tras unos altercados en la barriada de El Príncipe que había que entrar disparando pelotas de goma y gas pimienta, eso «para empezar, si no se soluciona, aplicamos más mano dura«. Los altercados en cuestión eran apedreamientos al SEIS de Bomberos y a la Policía que, si bien deben ser perseguidos y erradicados de raíz, parece que en proporción no justifican un despliegue policial que de la fuerza minina que parte es lanzar botes de gas pimienta en un núcleo poblacional de unos 14.000 habitantes.
Enhorabuena por su artículo!!! Sin duda de lo más demagógico y apelando al discurso fácil!!! Racismo en Ceuta??? Cuándo ha ocurrido un hecho, siquiera parecido, en nuestra ciudad por motivos racistas??? La comunidad musulmana es la que sin duda recibe más ayudas de índole social en Ceuta, eso es racismo??? El hecho ocurrido en EEUU es sin duda deleznable, pero no tiene parangón en nuestra ciudad. De todas es muy chupiprogre apropiarse de determinadas causas y movimientos, aunque ni por asomo se den por estos lares…..