Lubna Miludi, la mujer ceutí esposa de un miembro del ISIS ha sido entrevistada por EL PAÍS en el campo de internamiento, Al Hol.
Yolanda Martínez, Luna Fernández y Lubna Miludi, son tres mujeres españolas que en 2014 viajaron con sus maridos a Siria. Las tres son supervivientes del fin Califato del Estado Islámico (ISIS) por las fuerzas Kurdo-árabes. EL PAÍS ha publicado, en exclusiva, una entrevista realizada a las tres españolas, entre las que se encuentra una ceutí, en el campo de internamiento del norte de Siria, Al Hol. El campo está controlado por milicianos kurdos que combaten en el norte de Siria y allí conviven 73.000 personas, de las cuales un 92% son mujeres y menores.
En la entrevista se puede ver a las tres mujeres sentadas, con sus cuerpos cubiertos por aballas y sus caras tapadas por el niqab. En un tono nervioso y mezclando árabe y castellano, las tres españolas esposas de miembros del ISIS responden a las preguntas de la enviada especial de EL PAÍS.
Las españolas aseguran en la entrevista que sus maridos eran “meros empleados del Estado Islámico y nunca combatieron”. Lubna Miludi, la mujer ceutí nacida en Rabat y madre de 3 hijos, afirma que “jamás hubiera ido a Siria por mi propia voluntad”. “Quiero salir de aquí”, le dice a la periodista una y otra vez.
Cuando la periodista le pregunta si se arrepienten de haber ido a Siria, una de las mujeres españolas le contesta que no han ido por propia decisión «he venido engañada, yo iba a ir a Turquía, a una ciudad de Turquía que mi marido me había dicho que era muy buena».
Lubna Miludi le cuenta a la periodista, alternando castellano y árabe, que su familia y la policía en España se sorprendieron mucho de que su marido se sumara al ISIS porque «lo tenía todo: dinero, familia y trabajo. Era arquitecto”. Miludi asegura que su marido era un «cargo administrativo» y que «no combatió». “El que va a luchar desaparece dos semanas para ir a entrenar y luego ya no le ves más porque muere como mártir”, comentaba en la entrevista.
Según EL PAÍS, Miludi ha pedido ayuda a su suegra, la primera vez para que le enviase 20.000 euros para pagar a un traficante de personas y salir de allí «pero no lo hizo”. Ahora, durante la entrevista vuelve a pedírselo: “mi familia no sabía nada, lo juro por Dios. Ni siquiera sabe que mi marido ha muerto. Necesito salir de aquí”.