Eduardo Madina ha sido recompensado con el Premio María Miaja de Mujeres Progesistas por su lucha contra la violencia de género y a favor de la igualdad. Madina se encuentra retirado de la agenda política, tan sólo milita como afiliado del PSOE. Aprovechó el motivo de su visita para confraternizar con compañeros y volver a una ciudad que admira.
Madina reflexionó sobre una etapa histórica «donde el gran combate de la humanidad en los países desarrollados es la igualdad, en especial la de la mujer. Creo que muchos de los procesos de lo que denominamos extrema derecha tipo Bolsonaro, Trump, aquí VOX y otros partidos a lo largo y ancho de Europa que han hecho del ataque directo a los derechos de la mujer su naturaleza política. Lo hemos visto en el último pacto de Gobierno en Andalucía por eso creo que los efectos de la cuarta ola a favor de la plena equiparación de derechos entre hombres y mujeres tiene más razón de ser que nunca. Todas las esperanzas de los sistemas democráticos hoy están en la capacidad que el feminismo tiene de parar esta grave amenaza a la democracia como son las fuerzas populistas de extrema derecha».
Madina alabó el papel del feminismo contemporáneo porque «tienen razón en sus reivindicaciones, igualdad plena de derechos, obligaciones y libertades respecto a los hombres. Un premio que recoge esa esencia personalizado en alguien como María y entregado por compañeros y amigos constituye un honor».
El galardonado reflexionó sobre los resultados en democracias como Brasil, Italia, Francia y Alemania. Tema que daría para «siete horas de conferencia» aunque sintetizando comentó que se trata de «una reacción a los ajustes de la globalización que produce procesos similares pero distintos. No tiene que ver lo que ha pasado en Andalucía con Brasil, ni Le Pen con Bolsonaro aunque mantengan matrices, las denominamos extrema derecha pero las circunstancias políticas, económicas difieren según los países».
En concreto el caso andaluz o caracterizó como «una reacción de dos partidos, PP y Ciudadanos que por su legítima vocación de querer gobernar han pactado con un partido que es una grave amenaza a la democracia española. Van a hacer que la gobernabilidad de Andalucía, sus presupuestos, sus leyes, los derechos de los ocho millones de habitantes de la comunidad dependan de un señor que viene contra esos derechos y libertades. Lo van a tener que corregir día a día, en cada pleno, ley y presupuesto y comprobarán en manos de quienes están».
Madina desligó al movimiento feminista de intereses partidistas, «el feminismo no tiene dueño. Es una corriente histórica que viene de hace mucho tiempo, sus raíces están sobre la mitad del siglo XVIII. En España tiene más de cuarenta años de recorrido y no pertenece a ningún partido.
Es verdad que la izquierda siempre se ha sentido más cómoda en la defensa de la igualdad y la derecha ha gobernado contra ella, a través de una concepción distinta del modelo público, los servicios sociales, en contra de los avances en derechos». Para ejemplificarlo se refirió a las leyes de la interrupción voluntaria del embarazo, «la izquierda a favor, la derecha en contra»; matrimonio igualitario, «izquierda a favor, derecha en contra»; ley del divorcio exprés, «izquierda a favor, derecha en contra».
En cuanto a las políticas a favor de las leyes de Violencia de Género, con «más de 800 mujeres asesinadas desde que hay registros, unos quince años», Madina refirió que «la derecha quiere desmontar estas cifras en Andalucía». Es decir, la izquierda rima mejor con el feminismo que la derecha pero no pasa nada. Una cosa es compartir sinergias, valores, objetivos de sociedad, otra patrimonializar el feminismo. La derecha no lo sabe pero es impatrimonializable».
El feminismo nunca es radical ni busca acabar con nadie, sobre estas acusaciones Madina opina, «existe una corriente histórica que no busca los derechos de nadie sino que perfila un modelo de sociedad que siento como propio que se articula alrededor de una idea de igualdad plena, real y efectiva en derechos, obligaciones y libertades en todos los campos entre mujeres y hombres que viene de milenios de asimetría en el acceso a las condiciones de vida. Las mujeres siempre peor, los hombres siempre mejor. Esta es la historia de los países occidentales, desarrollados, de nuestro entorno con una matriz franquista producto de su superávit durante cuarenta años de Franquismo y dictadura». Y satirizó «hay que estudiar el feminismo, no sé si la candidata del PP madrileño lo ha hecho».
Considera incoherentes, «los que equiparan pactar con VOX con hacerlo con los independentistas». «No está usted diciendo que los independentistas son los malos, cómo lo introduce en la formulación. Uno puede estar de acuerdo con un modelo centralista, autonómico o confederal, eso cabe en nuestra Constitución. Lo que no se puede estar de acuerdo con querer expulsar del ámbito público a millones de personas por tener una determinada orientación sexual, por comprender la familia de un determinado modo o tener un color de piel, una creencia religiosa, un sentimiento identitario, eso, que sí cabe dentro de un marco de derechos constitucional, VOX dice que no».