El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha hecho un llamado a los jueces y a la Fiscalía para que revisen las detenciones ocurridas tras las elecciones del 28 de julio. Durante su programa semanal de televisión, el mandatario enfatizó la necesidad de corregir cualquier error en los procesos judiciales relacionados con estos arrestos.
Maduro destacó que la justicia debe ser justa, castigando a quienes lo merecen y perdonando cuando sea necesario. Este llamado se produce después de que organizaciones no gubernamentales reportaran la detención de 1.836 personas, incluidos 69 menores, por su participación en protestas contra los resultados electorales que favorecieron al líder chavista.
El presidente instó al fiscal general, Tarek William Saab, y a los jueces a actuar con justicia, especialmente si se han cometido errores procedimentales durante los disturbios que siguieron a las elecciones. Las protestas fueron motivadas por acusaciones de fraude electoral, no reconocidas por varios países y la oposición venezolana.
En un contexto de creciente tensión, familiares de los detenidos han solicitado al gobierno medidas de gracia para liberar a los arrestados, cuyo número total asciende a 2.400 según cifras oficiales. Esta petición fue realizada a las afueras del Palacio de Justicia en Caracas, donde se leyó una carta dirigida a Maduro.
Por otro lado, Maduro acusó a la líder opositora María Corina Machado de estar en Colombia buscando financiamiento del narcotráfico para conspirar contra su gobierno. A pesar de no presentar pruebas, el mandatario insistió en que Machado está involucrada en actividades subversivas, afirmaciones que ella ha negado categóricamente.
Machado, quien se encuentra en la clandestinidad desde las elecciones, ha manifestado temor por su seguridad y libertad. Su última aparición pública fue el 28 de agosto, y desde entonces ha mantenido un perfil bajo debido a las amenazas percibidas.
Las declaraciones de Maduro sobre Machado y las detenciones post-electorales reflejan la compleja situación política en Venezuela, donde las tensiones entre el gobierno y la oposición continúan escalando. La comunidad internacional sigue observando de cerca los desarrollos en el país sudamericano, preocupada por los derechos humanos y la estabilidad política.