Maia Sandu, la actual presidenta de Moldavia, ha asegurado un segundo mandato tras obtener el 55,33% de los votos en las recientes elecciones presidenciales. La Comisión Electoral Central de Moldavia confirmó estos resultados, destacando la importancia del voto de la diáspora en su victoria.
Su contrincante, Alexandr Stoianoglo, exfiscal prorruso, recibió el 44,67% de los votos. A pesar de la derrota, Stoianoglo cuenta con un fuerte apoyo dentro del país, especialmente entre aquellos que favorecen una orientación más cercana a Rusia.
En su discurso de victoria, Sandu expresó su gratitud a todos los votantes, prometiendo ser una presidenta para todos los moldavos, independientemente de su elección en las urnas. «He escuchado su voz», afirmó Sandu, subrayando su compromiso con la unidad nacional.
Sin embargo, el camino hacia su reelección no estuvo exento de controversias. Los socialistas moldavos, quienes apoyaron a Stoianoglo, han rechazado los resultados del voto en el extranjero, calificando a Sandu como una «presidenta de la diáspora». Argumentan que el verdadero ganador es Stoianoglo, quien obtuvo el respaldo mayoritario dentro de Moldavia.
El líder opositor Ilan Shor también ha cuestionado la legitimidad de los resultados, acusando a Sandu de usurpar el poder. Estas declaraciones reflejan las tensiones políticas internas y la influencia externa, principalmente de Rusia, en el proceso electoral moldavo.
Por otro lado, la comunidad internacional, especialmente la Unión Europea, ha mostrado su apoyo a Sandu. Líderes de Francia, Alemania y otras naciones europeas han felicitado a la presidenta, expresando su deseo de fortalecer la cooperación con Moldavia durante su nuevo mandato.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, también ha manifestado su apoyo a la elección de Sandu, destacando la decisión del pueblo moldavo de seguir un camino proeuropeo. Según Zelenski, esta elección representa un compromiso con el crecimiento económico y la estabilidad social.
En respuesta a las críticas, la Comisión Europea y el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, han emitido un comunicado conjunto felicitando a las autoridades moldavas por la celebración exitosa de las elecciones, a pesar de las interferencias externas.
Los socialistas moldavos han anunciado su intención de impugnar los resultados ante el Tribunal Constitucional, argumentando que las elecciones no fueron libres ni democráticas, especialmente en el extranjero y en la región separatista de Transnistria.
Con 228 colegios electorales habilitados en 37 países, la participación de la diáspora fue crucial para el resultado final. Italia, con sesenta colegios, albergó la mayor cantidad de votantes moldavos en el exterior.
El futuro de Moldavia bajo el liderazgo de Sandu promete ser un periodo de desafíos y oportunidades, con la posibilidad de avanzar hacia una mayor integración europea mientras se enfrenta a las tensiones internas y la influencia rusa.