Málaga se encuentra en alerta roja debido a las fuertes lluvias provocadas por la DANA, lo que ha llevado a la ciudad a tomar medidas drásticas para proteger a sus habitantes. Laura Gallardo, residente de Málaga, comenta: «Lo ocurrido por la DANA en Valencia ha sentado precedente». Ante la previsión de intensas precipitaciones, muchos ciudadanos han optado por autoconfinarse en sus hogares.
Las autoridades han ordenado el desalojo de viviendas en zonas de riesgo, y se han suspendido los servicios de transporte público, incluyendo líneas de metro y autobuses. Además, se han cerrado museos, centros deportivos, parques y centros de salud. La actividad educativa y judicial también se ha visto interrumpida.
El servicio de emergencias ha recibido más de 300 incidencias relacionadas con anegaciones en viviendas, comercios y otras infraestructuras. Marcos Barrientos, profesor en Fuengirola, relata: «Mi zona estaba bastante inundada; hemos llegado al medio metro de agua». Las clases fueron canceladas para garantizar la seguridad de estudiantes y personal educativo.
Laura, quien tenía previsto realizar el examen teórico del carné de conducir, recibió una notificación de suspensión. «La ciudad ha entrado prácticamente en un autoconfinamiento, con los negocios cerrados… Todo el mundo que puede quedarse en casa lo ha hecho», explica.
Sin embargo, no todos tienen un lugar seguro donde refugiarse. Paco Moreno, monitor del Centro de acogida nocturna ‘Calor y café’, ha trabajado incansablemente para trasladar a personas sin hogar al albergue municipal, ya que su centro, ubicado en un bajo, es vulnerable a las inundaciones. «El Ayuntamiento de Málaga ha decidido ir por la calle e intentar recoger al máximo número de personas posibles para evitar que corran peligro por las lluvias», comenta.
Las trombas de agua y granizo han inundado algunas de las principales avenidas de Málaga, causando caos en la ciudad. «Desde las 11:00 horas hasta las 16:30, la ciudad estaba totalmente colapsada, calles inundadas… Ha habido como una especie de parón, pero hay que seguir tomando las medidas oportunas», admite Paco. Tanto él como Laura coinciden en que la DANA en Valencia ha generado un antes y un después, sembrando el miedo en la población al ver que algo similar podría ocurrir en Málaga.